Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Área de Adultos: Acción Católica

 

 

PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES QUE SE PRACTICARON EN LA PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN LOS DÍAS 2, 3 Y 4 DE MARZO.

 

2 de marzo, fundamento:  oración

3 de marzo, eje y centro de la fe cristiana: la cruz.

4 de marzo, el testamento del Señor: programa de vida.

 

LA ORACIÓN

 

Cuaresma, tiempo para profundizar en el misterio de Cristo. Tiempo de  gracia.

 

¿Cual es el fundamento de la vida religiosa y cristiana?

            La oración.

 

Lo que distingue al creyente del que no lo es, es que reza. Existen personas que siendo justas, buenas, no son creyentes y no tienen la necesidad de orar.

La oración es el encuentro con Dios, sino oramos no dialogamos con Dios.

 

¿Qué es orar?, la oración es pedir, pero sobre todo es escuchar.

 

San Ignacio de Loyola, nos aconseja silencio para escuchar lo que nos dice y nos pide Jesús.

 

La madre Teresa de Calcuta, “del silencio brota la verdadera oración, la verdadera oración empieza cuando escuchamos”.

 

Silencio hacia dentro, silencio auténtico. Es el momento oportuno para abrir los evangelios, al azar o el del día.

 

Nuestras raíces se alimentan de la oración. El padre nuestro es la oración que nos enseño Jesús.

 

San Francisco de Asís, al rezar el padre nuestro, en cada palabra se quedaba absorto, en la palabra “padre” se quedaba pensando durante largo tiempo en la misma palabra –piensa que todos somos hermanos, hermano sol, hermano luna,” “que estás en los cielos, - es estar en la raíz de las cosas, todo cuelga de El, todo es sostenido por El, como las visiones que vemos invertidas en un lago. Jesús está en el pobre, en el necesitado.

 

San Agustín, el que ora y no sale transformado es que no ha entrado en contacto con Díos. Cristo, después de orar toda la noche, salió transfigurado.

 

Ora el que escucha mi palabra y la vive. Si nuestra oración es cansina o monótona, no es oración, nuestra actitud tiene que ser “habla Señor que tu siervo escucha”. “El que oye mi palabra y la pone en práctica es como el que edifica sobre roca”.

 

Ave María, “ruega por nosotros pecadores”

 

A través del silencio lo grandes orantes, escuchan una oración, el Ave María, el Alma de Cristo. Debemos de abrir todos nuestros sentidos en la oración. Presencia de Dios, crear el silencio y oraciones para escucharlas.

 

El ciego Bartimeo, pide al Señor que quiere ver. La fe le devuelve la visión.

 

Nosotros, no nos damos cuenta de que estamos ciegos, que padecemos de cataratas cuando no vemos las necesidades de los demás; tenemos astigmatismo, cuando deformamos la realidad –vemos las cosas como nos conviene-; padecemos de miopía cuando solo nos vemos a nosotros mismos. Como el rico Epulón, no veía al que tenía al lado, a Lázaro.

 

 

 

  

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