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Charlas:
Sereis mis Testigos
Cáritas
Al reflexionar sobre al
situación actual, se nos pide un discernimiento continuo
para descubrir como concretar en mi vida la llamada que desde mi fe se me hace
al compromiso con los más pobres, algo irrenunciable e indelegable en la vida
cristiana.
Para hacer
este discernimiento es importante tener en cuenta que:
A- No podemos cambiar ninguna
realidad sin alterar todas las demás.
No se trata de luchar contra la pobreza, sino contra
mi riqueza. No puedo pretender acercarme a dar respuesta al pobre y que mi vida
quede indiferente, inmediatamente se me pide que revise mis estudios, trabajo,
compañías, lugar social, mundo de relaciones....
B-El problema no es la realidad
sino su real significado para mí.
Lo más importante no es conocer la realidad
(saber los pobres que hay, el paro) sino
el significado que esta realidad tiene para mí. ¿qué me importa que existan
pobres?, ¿qué me afecta el paro o la inmigración?. Es necesario que los
porcentajes se convierten en rostros, los rostros en nombres y los nombres en hermanos.
C- Mi acción puede transformar el
mundo.
La sociedad parte de una premisa: vivimos en un
mundo injusto que no se puede cambiar y por lo tanto hay que intentar
acostumbrarse a ello
Si alguien
piensa a sí ya hemos acabado, nosotros creemos en la victoria de Cristo sobre
la muerte, creemos que la acción
personal puede cambiar las cosas:
-
¡El mundo no se puede
cambiar!, - pues el neoliberalismo lo está cambiando.
-
Yo solo no puedo cambiar el mundo, pero solo yo puedo cambiar la parte
que depende de mi.
-
Nuestras actitudes
buenas o malas, tienen un efecto multiplicador.
-
El fruto de mi acción
personal no puedo pretender verlo inmediatamente.
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