Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

Inicio

Indice

 

 

Charlas 2002-03: Tema I, Lectio Divina, Charla

 

Charla I

 La Lectio Divina

                                                                                                          17 de octubre de 2002

 

 

“Como la lluvia y la nieve caen del cielo, y sólo vuelven allí después de haber empapado la tierra, de haberla fecundado y hecho germinar, para que dé simiente al que siembra y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí de vacío, sino que cumplirá mi voluntad y llevará a cabo mi encargo” (Is 55,10-11)

 

Isaías resume perfectamente en este texto, la Lectio divina, como la Palabra que viene de lo alto, desciende sobre nosotros y nos empapa, para convertirse en oración, volver  a las manos del Padre.  Si traducimos literalmente Lectio Divina” significa  “Lectura de Dios”, es algo más que lectura de algo que nos habla de Dios, es Lectura del propio Dios. Cuando los Evangelistas tratan de definir al Hijo de Dios que venía a provocar el encuentro, el diálogo y la comunión con Dios Padre, lo definen como “PALABRA”, ya que es la palabra lo que nos permite encontrarnos con el otro, entrar en diálogo con él, vivir la Comunión.

 

La Palabra de Dios a partir del Concilio Vaticano II,  vuelve del exilio a la que fue confiada a causa de la dialéctica que provoca el cisma Protestante, que lleva a exagerar aspectos unilaterales de la fe. Los Protestantes dicen que la Revelación de Dios SOLO se da por la “Escritura”, los católicos dirán que la fuente de la Revelación son dos: “Palabra de Dios Y Tradición de la iglesia”. Esto propicia que mientras los protestantes se vuelquen unilateralmente a la Sagrada Escritura, los católicos nos volcáramos a la Tradición, dejando la escritura relegada a los monasterios y a la liturgia, que además se realiza en latín.

 

Para los judíos la Palabra de Dios es muy importante:  “ Es la presencia de Dios en la creación, que el hombre debe hacer suya con la lectura, meditación y oración.” . (tres momentos de la Lectio Divina) . Es a partir del 586 cuando Nabubucodonosor llega a Jerusalén, destruye todo y se lleva a la población al destierro, cuando el pueblo ve desaparecer  la promesa de Dios : Una Tierra (ahora arrasada) un pueblo (ahora mermado y desterrado), una presencia de Dios (el templo signo de la presencia de Dios saqueado y destruido). De esta se crea alrededor de la lectura asidua de la Palabra de Dios y de la observancia del sábado, un sentido de pertenencia al pueblo, que desembocará en la conciencia de una religión: “El judaísmo”

Los cristianos como los judíos estamos llamados a ser testigos de Jesucristo, pero  ¿cómo se toma conciencia de esto?, evidentemente a través de la lectura de la Palabra de Dios.

 

Historia de la Lectio Divina.

 

La Lectio divina nace desde el comienzo del cristianismo, y está atestiguada por los Santos Padres, especialmente por S. Gregorio Magno:

 “ Doy gracias a Dios Omnipotente, porque las distancias geográficas no rompen la unión espiritual  cuando realmente uno ama.  En efecto querido hijo, estamos distantes con el cuerpo pero presentes en la caridad. Dado que quien más ama es más atrevido, te diré que tengo que hacer un reproche a quien es para mí muy querido, tengo que decirle que ha recibido de la Trinidad dones de bien... pero se deja llevar por las controversias seculares, está ocupado en diversas salidas y descuida leer cada día las Palabras de su Redentor ¿qué es la Sagrada Escritura? sino una carta de Dios omnipotente a su criatura. Ciertamente si se encontrara fuera de su sede, destinado en cualquier lugar en otra sede y recibiera un escrito de su emperador terrestre, no estaría tranquilo, no se iría a descansar, no reconciliaría el sueño antes de saber lo que dice la carta de su emperador. El emperador del cielo, el Señor de los hombres y ángeles te ha mandado sus cartas que conciernen  a tu vida, y sin embargo hijo glorioso, tú no muestras ninguna premura por leer las cartas. Comprométete te lo ruego y encuentra el modo, busca la forma de meditar cada día las Palabras de tu Creador, aprende a descubrir el corazón de Dios en las Palabras de Dios.

Carta de Gregorio Magno a Teodoro médico del emperador

 

Es una carta que no tiene desperdicio y que nos compara la Sagrada escritura con esa carta escrita con la pluma del Espíritu y que va dirigida a cada uno de nosotros, y de la misma manera que ninguno despreciaría leer una carta importante, cuanto más...

Esta práctica tan recomendada, quedó relegada más adelante al estudio de los monjes benedictinos, que fueron los grandes cultivadores de la Lectio Divina:

 “La lectura es el estudio atento de las escrituras, realizado con un espíritu abierto para comprenderlas, la meditación es el trabajo de la inteligencia que con la ayuda de la misma razón  investiga la verdad oculta, La oración es el impulso devoto del corazón a Dios, pidiéndole que aleje los males y conceda los bienes, la contemplación es una elevación de la mente sobre si misma, que suspendida en Dios, saborea las alegrías de la eterna dulzura.

Guig II el venerable

 

Dificultades de la Lectio Divina

 

Ante esta práctica de la lectura de la Palabra de Dios, no todos están deacuerdo con que es una práctica aconsejable, por tres razones:

1-      Hay una gran dificultad cultural para leer la Sagrada Escritura, es necesaria una cierta madurez cristiana y teológica, para entender la Biblia. La gente no está preparada, por lo que no puede realizar la Lectio Divina.

2-      La Biblia cuando se lee en solitario es peligrosa, por el temor de interpretar cosas totalmente desviadas. Es una dificultad que ha tenido razón de ser debido a unas lectura aislada han llegado a herejías

3-      La lectura hecha en solitario puede producir un alejamiento de la comunidad, un intimismo religioso.

 

¿Qué dice el concilio vaticano II?

 

Es cierto que la Sagrada Escritura no es fácil de leer, pero esto no puede relegarla al olvido  a manos de unos pocos. A pesar de su dificultad, el Concilio Vaticano II en la constitución dogmática de la Sagrada Escritura (Dei verbum) cuya redacción tardo tres años, grandes discusiones y casi el resquebrajamiento de todo el Concilio, después de cuatro esquemas distintos, pasó de recomendar la lectura de la Sagrada Escritura solo a los sacerdotes y predicadores, en el siguiente esquema además la recomienda a  los clérigos y diáconos, más adelante también a los catequistas, para por fin recomendar a todos los fieles la lectura de la Palabra de Dios.

 

¿Qué es la lectio Divina

 

“Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados... sino que pone su gozo en la ley del Señor, meditándola día y noche, es como un árbol plantado junto al río, da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan, todo lo que hace le sale bien. “ Salmo 1

 

Este salmo nos dice que la Palabra de Dios no trae solo la alegría y paz interior, sino que  “ todo lo que hace le sale bien” porque es el único medio de conocer la voluntad, el proyecto de Dios sobre nuestra vida, ¿cómo profundizar nuestra fe, sin la palabra de Dios?.

S. Jerónimo dice:  “Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo”, sino leemos el testimonio de los que fueron testigos oculares, ¿Cómo conocer las palabras, como comprenderlas...

                              

¿Cómo hacer la Lectio  Divina’

 

Stacio /  Preparación  / La Palabra esperada

            Querer después de un día pesado, de muchos problemas, de dificultades... comenzar a rezar sin más, es casi una  inconsciencia. Como para todo, la preparación previa a la acción es tan o más importante que la propia acción. Por lo tanto, es necesario pararse para liberar la mente y el corazón, de todo lo que distrae o molesta, para ocuparse en la “escucha” de la Palabra. Sosegar la casa, hacer silencio exterior e interior y desde nuestra necesidad, pedir luz para ver bien lo que nos trae la Palabra y fuerza para lanzarse a lo  que vemos.

Para esto hemos de:

1-      Buscar el momento adecuado para la oración, como hacemos cuando hemos de llevar a cabo algo importante, o conversar seriamente con alguien... no vale cualquier momento.

2-      Buscar un lugar adecuado que me ayude a no distraerme, a que no tenga interrupciones continuamente, a que centre mi atención...

3-      Poner un tiempo, no caer en la tentación de “lo que me apetezca”, “hasta que aguante, “mientras no me aburra”...

4-      Dedicar tiempo a calmar mi corazón a tranquilizarme a entrar en disposición, a abrir el oído y el corazón.

 

Lectio / Lectura/ La Palabra escuchada

            En la medida en que leamos la Palabra de Dios, entenderemos más la Palabra de Dios, por eso, hemos de aprender a leer bien la Palabra de Dios, superando la actitud del turista que pasa superficialmente por los sitios “ya lo he visto”, impresionando los lugares en su cámara de fotos y no en su corazón.

            La Palabra de Dios es “Palabra” por lo que no hemos de tener miedo en utilizar sobre ella todo los recursos que utilizamos en cualquier otro texto cuando hacemos comentarios de textos.

1-      Hacemos una lectura reposada, sin prisas. Nos paramos en cada rincón, observamos los detalles , la leemos varias veces, nos familiarizamos con ella.

2-      Buscamos captar el sentido de toda la lectura en referencia a su contexto, para esto hay que leer los comentarios que la Biblia lleva al pie de página, los textos paralelos, la introducción al libro del que hemos sacado este texto, informarnos sobre el autor, contexto histórico, forma literaria... a más sepamos, más descubriremos, y más disfrutaremos...

3-      Algunas preguntas elementales del textos deberían ser: ¿Qué dice el texto?, ¿Quiénes son los protagonistas?, ¿A quién habla?, ¿Qué cosas me parecen fundamentales?...

 

Meditatio / Meditación   / La Palabra comprendida

            A la lectura atenta sigue la meditación reposada, el rumiar la Palabra, aquello que ha sucedido históricamente, debe actualizarse en nosotros. Hemos de comprender la Palabra de Dios como palabra de Dios para mí hoy... “guardar toda las cosas en el corazón”:

1-      Recojo las palabras que más me han llamado la atención: ¿qué significan para mí? ¿Por qué me importan?

2-      Interiorizo o rumio estas palabras, haciendo que de la mente pasen al corazón y tomen morada en él; ¿qué siento yo?, ¿Cómo me siento yo?

3-      Veo mi vida y la vida, mi historia y la historia  a la luz de esa Palabra ¿qué me sugiere?, ¿Qué me pide? Qué me exige?

           

 

Oratio / Oración / Mi palabra responde a la Palabra

            De la meditación brota la oración, como respuesta al Señor que ha hablado, la Palabra enciende nuestras palabras, es como una espada que provoca reacciones: es una luz que ilumina mi pecado y me llama a la petición de perdón, es una propuesta que me desconcierta y me llama a la súplica, es un gozo que me invade y me invita a la alabanza... la Palabra leída y meditada, nunca deja indiferente porque me enseña a leer mi historia en clave de historia de Salvación...

            La oración no es funcional, comercial, utilitaria... no sirve para... tiene sentido en sí mismo, es amistad gratuita.

1-      Con sencillez desde tu forma de ser y expresar deja que la Palabra brote, que la respuesta sé dé. “ Señor, ante la tu palabra yo...”

 

Contemplatio / Contemplación / La Palabra Encarnada (Epifanía)

Estamos en la cima de la montaña, en el punto más alto o en lo más profundo y hondo de la existencia... la oración da paso (cuando se da la gracia) al sentirnos mirados con ternura, aceptados totalmente, inundados de paz, en silencio uno se descubre amado, y eso basta.

            Ya no hay palabras, el contemplativo, descubre el misterio de Dios que le inunda de alegría, y cae de rodillas.

 

Discretio / Discernimiento / La Palabra confrontada

            Desde lo vivido, toca discernir, concretar la voluntad de Dios. Cada ser humano es un ser único, irrepetible, original. Y vive su vida desde coordenadas muy distintas, por lo que la respuesta no es automática, mecánica, global... es personal y madura.

            Discernir, es interpretar la Palabra de Dios en la situación concreta en que uno se encuentra, es descubrir lo que Jesús ha querido decirme para el aquí y ahora de mi vida. Este paso o escalón se va dando a lo largo de todo el proceso de la Lectio, no se puede separar como un tiempo distinto, pero sí es importante tener un momento para recapitular todo lo que he ido concretando:

1-      ¿Qué es lo que el Espíritu a través de la Palabra, pide hoy de mí, me pide o me exige, en la situación concreta e histórica que vivo?

2-      ¿Qué medios he de poner para llevar a la práctica lo orado?

 

Collatio/ Intercomunicación    / La Palabra compartida

A la hora de responder a la Palabra de Dios, sé que no estoy solo, la presencia de la comunidad al poner en común.  “Muchas cosas en la Sagrada escritura que por mí mismo o he podido entender, las he entendido poniéndome delante de mis hermanos, me he dado cuenta que se me daba la inteligencia por medio de ellos” (S. Gregorio magno.

1-      ¿Cómo lograr que los otros, me ayuden a discernir y poner en práctica lo orado?

2-      Busco lugares de encuentro, de abrir mi oración, aveces o más íntimo con mi comunidad.

 

 

Actio / Respuesta   / La Palabra en acción

            Llegamos a la necesidad de encarnar La Lectio Divina en la vida cotidiana. Desde lo alto de la montaña se nos envía al valle de la vida, a la plaza del pueblo, al taller, al trabajo... es muy difícil pasar de la contemplación a la acción.

            La Palabra de Dios a medida que habita en nosotros, nos habilita para ser nosotros mismos palabra-signo-expresión del amor y de la comunicación de Dios. Más aún la concreción en los hermanos, nos autentificará el encuentro con Dios. La oración, por muy alta y contemplativa que sea, si no tiene proyección fraterna, es una oración falsa, sino aterriza en las realidades de la vida, es una evasión.

El itinerario de la Lectio Divina sólo puede darse por concluido cuando la contemplación lleva su fruto a la acción, por que es la Palabra la que nos empuja a dar una respuesta clara en cada acontecimiento ya evangelizar, brindando a los otros el mismo tesoro que hemos descubierto.

1-      ¿Cómo se va a concretar lo que he vivido en mi oración?

2-      ¿Qué medios tengo que poner?

3-      ¿Cómo lo voy a revisar?

 

En la lectio divina encontramos

-          Un camino que va de la Escritura a la vida “ El espíritu del Señor está sobre mí...porque me ha enviado.... esto se cumple hoy en mi” Lc 4.

-          De la vida  a la Escritura, el cristiano tiene que prestar atención al momento en el que vive para tratar de descubrir la huella de Dios. Si nuestra vida se llena de la Palabra de Dios, puede verlo todo desde esa nueva perspectiva del amor, la comprensión, el perdón.

 

María y la Lectio divina

            María es ejemplo primordial de lo que es la Lectio Divina y de lo que sucede cuando se hace la lectio:

 

1-      “Hágase en mi según tu Palabra” :Palabras difíciles de pronunciar para una mujer desposada con un hombre y que por ley le iba a obligar al marido a denunciarla y a sus paisanos apedrearla hasta morir... el Hágase nos nos recuerda las palabras de la creación “hágase la luz, la vida...” y al igual que la creación crea al hombre, por su hágase,  María crea al hombre nuevo.

 

2-       “No comprendía... y guardaba todo en su corazón” Esta experiencia es necesaria para los que hacen la lectio Divina. Muchas veces no comprenderemos, pero hemos de ser capaces de guardar en nuetsro corazón.

 

3-      El llevarse por la palabra lleva a María, al acto supremo de la vida de su Hijo, estar de pie junto a la cruz de su hijo. De pie, no encorbada, ni por tierra, para dar esperanza, aquel a quien había llevado en el seno, aquel abandonado por todos...  María estaba de pie, nosotros debemos estar al pie de la cruz de tantos hermanos que sufren infinitamente en nuestro trabajo, casa, ambiente...

 

4-      “Los creyentes eran unánimes en la oración junto a María la madre del Señor,” aquella mujer que había estado junto a la cruz, había perdonado a los que habían abandonado a su hijo.

 

La propuesta que se nos hace es, realizar según el esquema una Lectio divina, con todos los pasos,  a nivel personal, de grupo o de parroquia, sobre las lecturas del Domingo.

 

 

Inicio

Indice