Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Histora

Adrià Besó Ros

UNA PARROQUIA DE LA DIOCESIS VALENTINA:

LA ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA DE TORRENT (Siglos XIII-XX)

 

"La parroquia, unidad fundamental dentro de la Iglesia diocesana, es una determinada comunidad de fieles, constituida de modo estable en la Iglesia particular y encomendada por el obispo a un párroco como su pastor propio. En ella aparece de modo eminente la dimensión concreta y próxima de la Iglesia"

CONSTITUCIONES SINODALES DE 1987

 

GRACIAS

Para nuestra comunidad parroquial, tener escrita su historia de salvación, es un verdadero regalo. Será un instrumento pastoral que posibilite nuestra acción de gracias al Señor, por las "maravillas que ha obrado" en medio de nuestro pueblo. También debe impulsar nuestro compromiso evangelizador en el presente, mirando al futuro.

La circunstancia de que la historia de la Parroquia de la Asunción se publique, cuando nuestra comunidad ha celebrado el cuarto centenario de la terminación del campanario, urgida por San Juan de Ribera, es una hermosa coincidencia.

En nombre de la comunidad parroquial, quiero dar las gracias a la Caja Rural de Torrent y a la Fundación Cultural Caja de Ahorros del Mediterraneo, porque han financiado la investigación y han hecho posible la publicación de este trabajo. Es una prueba de su amor a Torrent.

Agradecemos profundamente a Adrià Besó Ros, hijo y miembro de nuestra comunidad parroquial, todo el cariño, tesón y buen hacer, que ha sabido derrochar en su trabajo.

Igualmente damos las gracias a D. José Manuel Iborra Lerma -sacerdote hijo de la parroquia-, y a D. José Ramón Sánchis Alfonso, por su generosa y desinteresada colaboración. Y sigue una larga lista de amigos de La Asunción, que con sus noticias, testimonios, fotografías, etc. han colaborado en este trabajo.

GRACIAS A TODOS

 

Miguel Lluch

Cura Párroco

 

A MODO DE PRESENTACION

La lectura de esta Historia de la Parroquia de la Asunción produce una grata sorpresa: no se trata de una historia biográfica de los párrocos, ni una mera historia institucional. El punto de mira está fijado en la historia del Pueblo de Dios en Torrent a través del tiempo.

Es notorio el acierto con que teje la trama el joven historiador torrentino Adrià Besó. No se queda en la mera transcripción del hecho ni en el asombro ante el documento, sino que intenta percibir el flujo vital de vida cristiana que late en los prosaicos pergaminos de carácter notarial, en las cuentas de los Libros Racionales y en toda la amplia documentación consultada.

De esta manera, el resultado esclarece la situación actual, que puede ser observada desde el contraste con la religiosidad y actividad parroquial del pasado. Esta es la gran ventaja de las parroquias con "solera", en donde el pasado actua como matriz regeneradora, como incitación serena a afrontar la nueva evangelización.

Mi felicitación más sincera a Adrià Besó por este libro pionero y a la Parroquia de la Asunción por el acierto con que ha patrocinado este recurso a la Historia que a la par que clarifica nuestro pasado, también puede ser un eficaz instrumento pastoral de evangelización.

José M. Iborra Lerma

Profesor Titular de Historia

e Instituciones Económicas.

Universidad de Valencia.

 

INTRODUCCION

La capacidad del hombre para recordar es, sin duda, el hecho que justifica la necesidad de mirar al pasado, remontándose incluso mucho más allá de donde alcanza la propia memoria, como forma de poder valorar el momento actual de su existencia, tanto individual como colectiva. Desde este punto de vista se explica que la historia pretenda apartarse de aquellos personajes y acontecimientos representativos y relevantes, para intentar obtener un conocimiento integral del hombre en el sentido más amplio de su existencia. La vida humana encierra multitud de facetas, actividades, actitudes, y preocupaciones. Desde esta concepción de la historia no podemos dejar de lado el hecho religioso como una de las facetas que integran su vida individual y colectiva. Precisamente este trabajo se ha centrado en el conocimiento a través del tiempo del hecho religioso del hombre vivido desde su pertenencia a una comunidad concreta: la parroquia de Torrent.

Escribir la historia de la parroquia de la Asunción de Torrent, supone de alguna manera escribir la historia de la Iglesia en Torrent, pues esta ha sido la única institución secular que ha acompañado la vida religiosa de los habitantes de Torrent, desde su fundación como pueblo en el siglo XIII, hasta la década de los cincuenta del siglo XX en que, a consecuencia del amplio crecimiento demográfico que había alcanzado, se vio la necesidad de ir instaurando otras parroquias. Por este motivo a lo largo del estudio se recurre frecuentemente a la expresión parroquia de Torrent, refirida a la actual parroquia de la Asunción.

Los estudios sobre religiosidad referidos a Torrent han sido pocos y dispersos, y además centrados en aspectos muy puntuales. Este trabajo, lejos de agotar todos los puntos de investigación, pretende ofrecer una visión de conjunto de las diferentes manifestaciones de la religiosidad que se producen en el contexto de la parroquia con la intención de dejar abiertas nuevas vías a futuros investigadores que profundicen en muchos de los aspectos tratados que, por el carácter del estudio, hemos abordado de una manera muy general. Así podrían surgir nuevos trabajos sobre cofradías, asociaciones religiosas, o sobre aspectos tan sugerentes como el estudio de fiestas, de las actitudes ante la muerte, y de un sin fin más de temas que se puedan plantear partiendo de esta base.

Las primeras historias de parroquias en nuestra diócesis datan de los primeros años del siglo XX. Pero es desde las últimas décadas cuando han proliferado notablemente este tipo de estudios, lanzándose numerosas parroquias a la tarea de escribir su propia historia. La gran mayoría de estos trabajos ofrecen una narración de aquellos hechos más destacados de la vida de la parroquia y de aquellos sacerdotes que la han regentado, ensalzando sus virtudes o criticando sus errores. Este trabajo se plantea partiendo de la realidad del concepto que es objeto de estudio en su sentido más amplio: la parroquia entendida como una comunidad. El modelo de estudio que proponemos no resulta exclusivo para el caso de Torrent, sino que fácilmente puede ser aplicado en el conocimiento histórico de otras parroquias. Unicamente partiendo de estudios llevados a cabo desde unos esquemas que puedan ser generalizables para cualquier comunidad se podrá abordar con éxito una síntesis de la institución parroquial a nivel general de la diócesis.

Aunque desde los primeros momentos de su historia hallamos los mismos componentes humanos: sacerdotes y laicos, la parroquia no es una realidad estática, pues como podremos comprobar, su funcionamiento y organización han ido evolucionando con el paso de los siglos con una finalidad de adaptación y de respuesta a las necesidades y problemas de cada momento. Desde estos planteamientos tampoco podemos entender la parroquia como una realidad particular y aislada de un contexto más amplio a la que pertenece, que es la Iglesia.

Precisamente las líneas maestras de la vida de la Iglesia aparecen marcadas por los concilios ecuménicos. Estos se convocan por el obispo de Roma como una forma de dar respuestas a las situaciones planteadas desde la misma base de la Iglesia. Posteriormente los obispos convocarán sínodos en sus respectivas diócesis para aplicar los decretos de los concilios a la realidad concreta de su territorio. Por tanto, es fundamentalmente en los concilios de la Iglesia, y en las disposiciones canónicas dimanadas de los mismos, donde encontramos la justificación a la división cronológica que ofrecemos en el estudio. Los concilios de Trento (1545-1563), Vaticano I (1869-1870) y Vaticano II (1962-1965) marcan puntos de inflexión bien claros en cuanto a la vida espiritual y funcionamiento de las parroquias como células integrantes de la Iglesia se refiere. En este sentido hemos de advertir sobre el valor referencial que otorgamos a estos hitos cronológicos, pues la transición de una etapa a otra no responde a una fecha concreta, sino que abarca períodos de tiempo bastante amplios y diversos de acuerdo con la dinámica particular de cada uno de los elementos y aspectos que integran la vida parroquial.

El primer capítulo hablará de la parroquia de Torrent en la edad media. Esta se fundó en los momentos posteriores a la conquista de Valencia del año 1238, previamente al otorgamiento de la carta de población en el año 1248. De la lectura de la escasa documentación de que disponemos se desprende una actitud muy poco edificante por parte del clero, y una comunidad de fieles que se siente parroquia, pero que no participa para nada en los asuntos referentes a su administración.

Las disposiciones del concilio de Trento aportaron soluciones muy eficaces a estos dos problemas planteados en la edad media. El segundo capítulo ofrece la imagen de una parroquia típicamente postridentina que se articula en torno a un notable incremento del culto basado en la celebración de misas. Para satisfacer esta necesidad espiritual se fundaron beneficios eclesiásticos dotados con un patrimonio propio para el sustento de sus respectivos sacerdotes encargados de celebrar unos actos litúrgicos concretos. Esta situación trajo consigo un notable incremento del clero. La mejora de su situación moral, que contrasta con la etapa anterior, fue una de las principales manifestaciones del éxito del ideal de Trento que propugnaba la figura del rector como un verdadero pastor de almas y como espejo de las virtudes que debían alcanzar sus fieles. Llama la atención el alto grado de participación de los laicos en las diversas esferas de la vida parroquial, desde la administración de instituciones como las cofradías, la obrería, o la fábrica. Estas funcionaban autónomamente, limitándose el papel del rector a ejercer un control periódico de su gestión. Esta autonomía abarcaba también lo económico, pues se mantenían de las limosnas que se recolectaban por todo el vecindario, lo que implicaba el compromiso de todos para su sostenimiento. La realización de determinadas tareas relacionadas con el culto a cambio de una remuneración económica suponía otro cauce de participación de los laicos en la parroquia. En este sentido también conviene resaltar una situación muy generalizada durante el Antiguo Régimen como era la implicación de las instituciones municipales en el culto, en el caso de Torrent con la creación de dos capellanías y con el nombramiento de clavarios encargados de celebrar las fiestas en honor a los patronos de la localidad. La documentación consultada nos aporta algunas referencias de las prácticas de la religiosidad popular centradas en el culto a determinados santos como intercesores de las gracias divinas.

Hacia mediados del siglo XIX podemos marcar otro punto de inflexión en el funcionamiento de la parroquia, determinado por los cambios que ha experimentado la sociedad. El triunfo de la Revolución Francesa supuso la quiebra del modelo político y social del Antiguo Régimen. De una convivencia pacífica entre Iglesia y Estado se pasa a un enfrentamiento abierto manifiesto en un ataque contra las bases económicas de ésta por medio de las desamortizaciones. Toman gran arraigo las tendencias políticas de talante liberal o republicano que atacan a la Iglesia desde sus mismas bases ideológicas. La industrialización y la transición al capitalismo conllevaron graves desajustes sociales, aumentando el número de pobres.

El capítulo tercero nos muestra una parroquia que se compromete abiertamente con los problemas de su sociedad. Encontramos un clero que va paulatinamente descendiendo en número, y que ahora se ve obligado a vivir estrechamente con la asignación económica del Estado al ser desamortizado su patrimonio. Si Trento supuso una moralización de las costumbres del clero, el concilio Vaticano I planteó la necesidad de la formación teológica y espiritual para poder transmitirla a sus feligreses. Surgen nuevas asociaciones para dar respuesta a las necesidades sociales y espirituales del momento. La Conferencia de San Vicente de Paul y el Círculo Católico Obrero de San José, nacidos a la luz de la encíclica rerum novarum, ofrecieron respectivamente en la parroquia de Torrent soluciones a la pobreza y un nuevo cauce para el asociacionismo sindical de los católicos. El Apostolado de la Oración, la Acción Católica, las Hijas de María, la Adoración Nocturna, etc. son nuevas asociaciones surgidas de acuerdo con las nuevas corrientes espirituales del momento. Su actividad principal, además del culto a la advocación titular de la asociación, consiste en la labor de apostolado que efectúan sus militantes ejercida en medio de una sociedad cada vez más descristianizada. Este compromiso con lo social por parte de la parroquia llevó a que se tomaran en su momento iniciativas tales como la construcción de viviendas subvencionadas, y otras obras sociales como la piscina, la emisora, el cine, etc.

El templo parroquial constituye el lugar común de todos los fieles donde se reúnen para dar culto a Dios. Al igual que la vida de la comunidad ha ido experimentando cambios y renovaciones a lo largo de su historia, el templo también conserva testimonios de los diversos tendencias artísticas vigentes en cada una de las épocas. Desde el último capítulo ofrecemos una valoración del conjunto del edificio en el contexto de la historia del arte.

Para la realización del estudio se ha recurrido básicamente a fuentes documentales. El archivo parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Torrent, a pesar de los expurgos y expolios que ha sufrido con el paso del tiempo, todavía conserva algunos documentos referentes a diversos aspectos del funcionamiento de esta institución. La desaparición de los libros de visita pastoral, cuyas actas pueden ser consideradas como una radiografía de la parroquia en el momento en que se celebran, nos ha obligado a recurrir a los sínodos diocesanos como fuente que nos permita entender la dinámica de la parroquia en las diferentes etapas. Si para la edad media las instrucciones de los sínodos constituyeron tan sólo un ideal a alcanzar, a partir de la etapa del barroco las continuadas visitas pastorales consiguieron que el funcionamiento de las parroquias se adaptara convenientemente a lo marcado por las disposiciones sinodales. A la luz de estas fuentes, cualquier documento que aisladamente carecía de valor, tiene algo que transmitirnos al poder ubicarlo en su contexto concreto.

El archivo municipal de Torrent también nos ha aportado noticias dispersas, pero interesantes, sobre todo para la etapa del barroco en la que la implicación del consejo local era importante en la parroquia, sobre todo por lo que respecta a la administración de determinadas instituciones como la obrería, la fábrica, capellanías y celebración de fiestas a algunos santos, patronos de la localidad. Los fondos de protocolos notariales del Colegio de Corpus Christi de Valencia, y del Archivo del Reino de Valencia nos han aportado el contenido de algunos actos realizados ante presencia notarial. El archivo catedralicio nos ofrece una documentación muy puntual, pero de extraordinario interés para los primeros años de funcionamiento de la parroquia.

Los testimonios orales de personas vinculadas a las diversas asociaciones y actividades de la parroquia han sido tenidos en cuenta para comprender su funcionamiento durante las últimas etapas. Desde las sucesivas referencias a pie de página agradecemos a cada uno de ellos sus valiosas aportaciones.

No sería justo dejar de reconocer el tesón y empeño manifestado por el actual cura párroco don Miguel Lluch Cerezo desde los primeros años de su estancia en la parroquia de la Asunción de Torrent para que esta comunidad pudiera contar con una monografía que permitiera dar a conocer la evolución experimentada a lo largo de toda su dilatada historia. Y personalmente he de agradecerle la confianza depositada en mi persona al designarme para llevar adelante este proyecto.

De la misma manera expreso mi gratitud a dos instituciones torrentinas: la Caja Rural de Torrent, y la Caja de Ahorros del Mediterráneo como sucesora de Caixa Torrent, que han hecho psoible la realización y publicación de este estudio con sus aportaciones económicas.

Quiero manifestar también mi más sincero agradecimiento a todas aquellas personas que me han ayudado con sus testimonios en las diversas etapas del trabajo, pero de una manera especial he de hacerlo con Alberto Verdet Simó. Por su especial vinculación a la parroquia durante toda su vida guarda multitud experiencias referentes a las últimas etapas de su historia, que me ha transmitido con la atención que le caracteriza. También he de agradecer a José Manuel Iborra Lerma el magnífico prólogo que ha dedicado, sin olvidarme de la atención y los acertados consejos que me ha ofrecido a lo largo de todo el proceso de elaboración del estudio. Quiero hacer lo mismo con José Ramón Sánchis Alfonso por la maquetación y la coordinación de los trabajos de imprenta que han posibilitado que este estudio saliera a la luz. Todos ellos me han dedicado muchas horas de su valiosísimo tiempo.

Torrent, octubre de 1993.

 

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