Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo III: Una Comunidad Comprometida con la Sociedad (Siglos XIX-XX)

IV- INSTITUCIONES Y OBRAS DE ESPIRITUALIDAD Y DE APOSTOLADO.

4.1- Cofradías y asociaciones piadosas

Todavía han continuado vivas las dos instituciones más representativas de la piedad barroca como eran la cofradía de la Minerva o del Santísimo Sacramento, y la de Nuestra Señora del Rosario, al tratarse de devociones muy arraigadas dentro de la espiritualidad de la época: el culto a la eucaristía, y la devoción a María promovida de manera especial con la proclamación del dogma de su virginidad. Pero las parroquias de la diócesis de Valencia fueron especialmente receptivas de instituciones nacidas como una nueva respuesta a las corrientes de espiritualidad que afloraba en ese momento. La mayoría de ellas de origen francés, penetraron rápidamente en Valencia a través de Cataluña. En la parroquia de Torrent se instituyeron la Adoración Nocturna, la Congregación de las Hijas de María, y la Asociación Mariano Angélica de san Luis Gonzaga. El arraigo de la devoción a la figura de Jesucristo, materializada en su corazón y en su pasión, hizo que nacieran vinculadas a la parroquia el Apostolado de la Oración, y algunas hermandades que conmemoran con sus procesiones públicas de la semana santa los diversos momentos de la pasión. También otras nuevas cofradías nacieron a nivel local con la finalidad de continuar dando culto a determinados santos, cuyas fiestas dejaba de patrocinar el ayuntamiento como la de san Roque y la de san José, de las cuales no hemos podido obtener apenas noticias.

4.1.1- Obrería del Santísimo Sacramento

Las asociación eucarística característica de la piedad barroca: la cofradía de la Minerva o del Santísimo Sacramento, continuaba su funcionamiento en los años centrales del siglo XIX ejerciendo sus actividades cultuales características. Se celebraba mensualmente el culto al Santísimo Sacramento, aunque parece ser que la tradicional procesión claustral, conocida con el nombre de minerva, ha perdido su protagonismo, siendo ahora el acto central la celebración de una hora canónica con plática. En el mes de marzo de 1853, se celebró "en 20, hora con plática por la cofradía de Minerva". En este mismo año, tan sólo en cuatro ocasiones se celebra la Minerva, aunque acompañada de la ya acostumbrada hora con plática. Durante el mes de septiembre, se celebró "en 18, fiesta minerva con procesión, y por la tarde hora con platica del cura, por intención de la cofradía".

Hacia mediados del siglo XIX los actos de la fiesta de Corpus Christi y de su octava todavía continuaban celebrándose a cargo de la obrería. Al desaparecer esta institución parroquial, hemos de suponer que estos actos serían organizados por la cofradía, tomando a partir de entonces el nombre de Obrería del Santísimo Sacramento, que ha perdurado hasta la actualidad. La ausencia de sus libros de actas nos ha impedido conocer con más detalle la historia referente al siglo XX.

4.1.2- La Adoración Nocturna

Esta asociación de carácter eucarístico constituye una manifestación de la devoción al Santísimo Sacramento genuina de la piedad decimonónica. Sus fines son adorar y velar a Jesús sacramentado durante la noche, unidos al culto de toda la Iglesia, y promover otras formas de devoción y culto a la eucaristía, en perfecta obediencia con la jerarquía eclesiástica.

Los orígenes de la Adoración Nocturna se encuentran en Francia en el año 1874. En España se instituye por primera vez en noviembre de 1877 en la iglesia de san Antonio del Prado de Madrid, con siete adoradores, y tres años después, en 1880 se instaló este movimiento en Valencia. En un principio sus asociados eran sólo hombres, y en 1925 se fundó la rama femenina de la Adoración Nocturna Española.

El 8 de Octubre de 1883 se celebró en Torrent una reunión del consejo diocesano de la Adoración Nocturna, presidida por su director espiritual don Ramón Peris Mencheta, con la finalidad de establecer una sección de adoradores en la población. Quedó elegido como director espiritual el presbítero don Pascual Ricart Company, como jefe de noche Manuel Mestre de Pineda, y como secretario Leandro Miquel Veguer, pasándose a continuación a la elección de otros cargos menores que no se consignan el acta. Levantada la sesión, a la hora habitual se celebró la primera vigilia de Adoración Nocturna, inscribiéndose un gran número de adoradores. Se estableció la celebración de vigilias con una periodicidad mensual.

Afortunadamente, la conservación de la mayor parte de las actas de esta asociación nos ha permitido conocer con todo detalle su funcionamiento y actividades. Las reuniones de la junta, que se celebran bajo la presidencia del director espiritual o de un clérigo delegado por el mismo, se celebraban con una periodicidad irregular. Estas comenzaban con unas preces, y a continuación se desarrollaban los temas a tratar. Como lugar de reunión habitual se elegía el salón de sesiones del Círculo Católico, aunque en algunas ocasiones se celebraban las juntas en la casa abadía, en el archivo, o en el trasagrario de la parroquia. Tampoco se observa una periodicidad regular en la renovación de los cargos de la junta.

Conviene resaltar algunos actos de la primera etapa de la vida de esta asociación. Durante los días 10 y 11 de julio de 1897 se celebró en Torrent una vigilia extraordinaria a petición del consejo diocesano, con la asistencia de 490 adoradores, con 12 banderas y 20 secciones. Según el libro de actas "la población de Torrente estaba iluminada, las campanas echaron al vuelo, y sólo se dio entrada a los adoradores para evitar la confusión". En el año 1904, durante la noche del 25 al 26 de junio se celebró la primera vigilia de espigas en Torrent, a petición del consejo diocesano. Este acto se hizo en conmemoración de la declaración dogmática de la Inmaculada, y en él se bendijo la primera bandera de la sección. Asistieron 23 secciones, 20 banderas, y unos seiscientos adoradores.

Además de estos actos propios particulares conviene destacar la participación en las procesiones de Corpus Christi, y la integración de las vigilias en los tiempos especiales de la vida de la parroquia como la cuaresma, celebración de misiones, etc. En el tiempo de cuaresma del año 1903 se celebraron unos ejercicios espirituales que culminaron con la celebración de un acto de la Adoración Nocturna. El libro de deliberaciones de la parroquia recoge la crónica de esta celebración.

"Se tocó a las nueve de la noche. Entrada general. Nueve y media exposición del Santísimo, oraciones, y preces de los adoradores. Estación del Santísimo cantada. Trisagio a gran coro. Sermón por el padre director. A las once se retiraron todas las señoras. Primer nocturno cantado y órgano y el segundo nocturno semicantado. Entretanto multitud de sacerdotes oían confesiones. A las cuatro se celebró una misa rezada, y en ella comulgaron ya un centenar de hombres. A las cuatro y tres cuartos se tocó el alba y se abrieron las puertas. A las cinco se reservó el Señor y se dijo otra misa. A las cinco y tres cuartos se celebró la misa de comunión general, siendo muy notada la asistencia de hombres, pudiéndose calcular que entre ambos actos comulgaron sobre 716 hombres".

A excepción de la vigilia de espigas, en las vigilias ordinarias tan solo podían participar los adoradores inscritos en la asociación. Por este motivo en la sesión celebrada el 13 de mayo de 1906 se acordó "formar una lista de todos, y que un vocal de turno se coloque en la puerta de la iglesia al entrar los adoradores para que no se introduzca ninguna persona extraña de la Adoración, dándole a cada uno el número que le corresponda y que entregará al secretario del turno".

A pesar de este carácter cerrado por lo que respecta a sus celebraciones, los adoradores adoptaron el compromiso de ejercer su apostolado frecuentando el sacramento de la comunión, para así atraer a otros a hacer lo mismo. En la sesión del 20 de julio de 1913 se tomó el acuerdo de formar unos grupos de hombres que se comprometieran a comulgar todos los domingos, otros que lo hicieran dos veces por semana, para así atraer a la gente a que lo hiciera más frecuentemente.

Durante los días 18 y 19 de junio de 1921, aunque con tres años de retraso, se celebraron solemnemente las bodas de plata. A las diez de la noche comenzó la procesión de banderas, primera realizada en Torrent, desde la ermita de san Luis al templo parroquial "que estaba adornado de sus mejores galas: ramos, flores, un precioso dosel de alama de plata, sus mejores alfombras, y toda la luz eléctrica encendida, daban a la iglesia un aspecto abarrotador". Tras celebrar la vigilia de espigas y una misa de comunión general, por la mañana se celebró la procesión eucarística hasta el convento de Monte-Sión. En su preparación "todos rivalizaron en obsequiar al Señor de cielos y tierra: el cielo esplendente, las calles con olorosa enramada y tres preciosos arcos en la calle de la iglesia, plaza del maestro Giner, y entrada del convento; las puertas de la ermita y convento con colgaduras y follaje; los balcones convertidos en altares y jardines; alamedas de palmas; las fachadas con damascos, manilas, cobertores, guirnaldas y gallardetes". Ya en la explanada del convento se dio la bendición con el Santísimo mientras las banderas rendían a los compases de la marcha real.

Tras el paréntesis de la guerra civil, el 15 de enero de 1940 se convocó una reunión de los miembros de la Adoración Nocturna bajo la dirección del vicario de la parroquia de la Asunción don Agustín Planells Medina, con la finalidad de restablecer los actos de culto de la asociación y de nombrar una nueva junta directiva. El señor consiliario anunció que el próximo 3 de febrero se reconciliaría el templo parroquial, esperando la participación en el acto de la Adoración nocturna para darle una mayor solemnidad.

En el año 1943 se celebraron las bodas de oro de la sección, eligiéndose como fecha de la conmemoración el día 9 de octubre, por ser el día más próximo al de su fundación, que fue el ocho del mismo mes. Los actos comenzaron el día 7 con un triduo de preparación. El sábado día 9 por la tarde se bautizaron dos niños. A las diez y media de la noche comenzó la procesión de la ermita de San Luis a la parroquia con la participación de 36 secciones que portaron 35 banderas. Por la noche se celebró la vigilia de espigas, terminando con un desayuno de chocolate. Pero la procesión eucarística no pudo celebrarse por la lluvia torrencial que se desencadenó, que impidió también la colocación de una placa conmemorativa de la efemérides, que pudo ser inagurada en la vigilia celebrada en enero del año siguiente.

Entre los años 1953 a 1965 el numero de adoradores fue creciendo, creándose dos nuevos turnos, uno en la parroquia de san José, y otro en el convento de Monte-Sión.

En el año 1968 se celebraron las bodas de diamante con los actos habituales para estas efemérides: triduo preparatorio, procesión de banderas, vigilia, y procesión eucarística, en cuyos actos participaron 96 secciones.

4.1.3- Apostolado de la Oración

Este movimiento apostólico nació en Francia el 3 de noviembre de 1844 en el entorno de la casa de estudios de misioneros de la Compañía de Jesús, en Vals. Penetró en España en la década de 1860 por Sevilla y sobre todo por Cataluña, y se propagó ampliamente por el resto del país, al contar esta devoción con cierto arraigo histórico. Su finalidad es practicar la piedad hacia el Corazón de Jesús, que es concebida como inseparable del apostolado, en una época donde el liberalismo y las sectas atacaban tanto desde dentro como desde fuera las bases de la Iglesia.

Desconocemos la fecha exacta de la instauración de esta asociación en la parroquia de Torrent, aunque por el libro de la cofradía del Rosario sabemos que ya se encontraba en funcionamiento en el año 1885. Una de las prácticas cultuales que van ligadas a esta asociación es la celebración de los primeros viernes de mes. En este sentido el arzobispo concedía licencia en 1888 para exponer el Santísimo el primer viernes de cada, a petición del vicario don José Méndez. A partir de la década de los cuarenta del siglo XX, el Apostolado de la Oración celebraba los primeros viernes de mes junto con las Marías del Sagrario.

No hemos podido localizar más noticias referentes a esta asociación, hasta el año 1944 cuando comienza el primer libro de actas que se ha conservado. Entonces las reuniones se celebraban con una periodicidad mensual.

Existían tres órdenes de socias: "pertenecen al primer grado los que hacen su ofrecimiento de obras recitando la oración de la cédula. Al segundo grado los que además de las cosas propias del primer grado, añaden el rezo diario de un misterio del rosario por las intenciones del Apostolado de la Oración, y al tercero los que cumpliendo lo anteriormente dicho añaden mensualmente la comunión reparadora".

La finalidad última de esta asociación es "atraer muchas almas a Cristo, único fin del apostolado". El 24 de febrero de 1954 el cura párroco y director de la asociación insistía en la labor de apostolado. Por ello propuso a la presidenta que nombrase una comisión de celadoras para visitar el barrio de Benisaet. Al mes siguiente las encargadas explicaron ante la junta los resultados de su apostolado en aquel barrio "mostrando estar animadísimas y contentas porque se ha hecho mucho bien con el contacto caritativo de estas visitas, trayendo como fruto de las mismas treinta nuevas socias de las que se ha formado un nuevo coro". Vistos los resultados el director propuso se extendiera esta labor a los barrios de la Asunción y de san Pancracio.

En la reunión de diciembre de 1956 se tomaron tres nuevos acuerdos con la finalidad de extender el apostolado: preparar un lote de libros que traten de la devoción al Corazón de Jesús y repartirlos entre las celadoras para que ellas los entreguen a las socias de su coro, y así se vayan formando en su devoción; adquirir estampas que tengan bajo la imagen las promesas del Corazón de Jesús, y procurar que las socias las tengan en un lugar visible para puedan leerse y darse a conocer; y difundir entre las socias el espíritu de reparación y animarlas a la comunión mensual.

En la memoria de los años 1956-57 se daba cuenta de los resultados de algunas de las anteriores propuestas: "hemos introducido en muchas casas de obreros de nuestras asociadas donde no se recibía ninguna buena rebista [sic] la hoja mensual "Venga a nosotros tu reino", en total de veinticinco suscripciones". En el mismo acto para los años 1958 y 1959 se informaba de que "por medio de las celadoras hemos introducido en las familias pobres setenta y ocho cuadros, dándoles toda clase de facilidades para adquirirlos". La consagración de muchos hogares al Corazón de Jesús es práctica habitual durante esta época, por lo que las puertas, fachadas, o interiores de las casas aparecen presididas con su imagen como símbolo de su protección y como testimonio público de la fe en Jesucristo.

En el año 1965 el coadjutor de la parroquia de la Asunción don Rafael Navarro planteaba a las celadoras nuevos campos de apostolado: Que las celadoras se interesaran por los enfermos o inválidos de las calles que tuviesen asignadas para que pudieran recibir la comunión en su casa; reunir a los niños de los coros, y elegir de entre ellos un grupito que sirviera como motor de los mismos y que se encargara de animar al resto a practicar los primeros viernes de mes; y hacer propaganda por medio de calendarios.

Un símbolo de la asociación era la bandera. Una nueva bandera fue bendecida el día del Sagrado Corazón de Jesús de 1946 por el cura párroco don Vicente Esteve Chiralt. Una representación de sus miembros asistía los entierros de sus asociadas con la bandera.

Tras la restauración del templo parroquial no se había colocado retablo sobre el altar del Corazón de Jesús. En la reunión celebrada el 28 de noviembre de 1957 se planteó la propuesta de la construcción de un nuevo retablo para esta capilla. Con el fin de recaudar fondos se tomaron varias iniciativas como era la venta de loterías, rifas, cupón pro-ciegos, recogida de donativos, venta de tarjetas pro-altar, etc.. En febrero de 1959, con consentimiento del director, se tomó con este fin una iniciativa curiosa que consistía en repartir un pollito a cada familia que tuviera interés para criarlo y, una vez crecido, lo entregaría para venderlo. Por este concepto se recaudaron 8.048 pesetas netas. El retablo se encargó al escultor Miguel Sales, con un coste de 77.000 pesetas. Este fue solemnemente bendecido por el cura párroco el día 24 de junio de 1960, festividad del Sagrado Corazón de Jesús. En la reunión del mes anterior, se acordó como agradecimiento a la gente que había colaborado en su construcción, tanto por medio de aportaciones en metálico como colaborando en sus actividades, la celebración a perpetuidad en el nuevo altar una misa por las almas de los difuntos o por sus intenciones el día 17 de octubre, festividad de santa Margarita de Alacoque.

4.1.4- Cofradía de Nuestra Señora del Rosario

La cofradía de la Nuestra Señora del Rosario continuó su normal funcionamiento a partir de esta nueva etapa de la historia como se puede observar por medio del libro de la cofradía, aunque había sido desprovista de sus bienes: el campo de cuyas rentas se celebraban las misas por las almas de los cofrades difuntos, y la ermita del Arrabal, derribada en 1868.

Algunas noticias nos indican que hacia finales del siglo XIX la cofradía atravesaba por una difícil situación. Uno de los problemas planteados era el que los estatutos de 1699 habían quedado obsoletos para los tiempos que corrían, por lo el señor provisor de la archidiócesis, consultando el parecer de los padres dominicos, ordenó la modificación y adicción de algunos artículos al viejo reglamento. Para ello el rector don Joaquín Rafael Lorca, auxiliado por su vicario don Juan Bautista Daries y por otros dos seglares, convocó una reunión de cofrades el 16 de octubre de 1892, "y acordose la reorganización de la cofradía, y que se modificasen y añadiesen algunos artículos al antiguo reglamento citado". Los nuevos estatutos fueron aprobados en junta general celebrada en la sacristía de la parroquia el 2 de febrero de 1893.

Las modificaciones afectaron a los artículos 6, 7, 8, 11, 14 y 17 de los viejos estatutos. A partir de ese momento pasaba a celebrarse un aniversario por los cofrades difuntos, en vez de los cuatro que se venían oficiando. También se acordaba que las fiestas de mayo serían celebradas por cuatro clavarios electos, y las de octubre por las cofradesas. El número de los cofrades y cofradesas de número dejaba de ser fijo para poder inscribirse bajo esta condición quienes devotamente lo solicitaran. La cuota para los cofrades y las cofradesas quedaba establecida en cinco céntimos mensuales, y los que quisieran tener la oportunidad de ser elegidos como clavarios para celebrar las fiestas de mayo debían gozar de la condición de cofrades privilegiados, para lo que tenían que satisfacer además la cantidad de seis céntimos mensuales. Los cuatro clavarios que cada año resultaran elegidos mediante sorteo por parte de la junta de la cofradía, dispondrían para la celebración de la fiesta de mayo de los seis céntimos de limosna de los cofrades privilegiados, y lo que faltare lo pagarían de su propio peculio.

Se abolieron los artículos 12, 16, y 19 de los antiguos estatutos "por no ser de fácil cumplimiento atendidas las circunstancias por las que atraviesa la Iglesia en la época actual", sin referirnos el documento cual era su contenido.

Además se añadieron otros nuevos artículos con el fin de poder cumplimentar el mandato del señor provisor. Conviene destacar el artículo 28, que contemplaba la posibilidad, si las circunstancias lo permitían, de levantar una capilla o ermita para el culto a la Virgen en sustitución de la que fue demolida en el año 1868. Por este motivo en años sucesivos se construyó una pequeña capilla junto a la entrada del convento, dedicada a san Antonio Abad y a la Virgen del Rosario, que permaneció en pie hasta el año 1936. Los otros artículos venían a legislar sobre costumbres que se hallaban arraigadas en la cofradía desde tiempo inmemorial. Se indicaba la disposición de la junta para celebrar un rosario solemne público matutino o vespertino, después del cual se sortearían rosarios, medallas, u otros objetos piadosos. También se establecía que los acuerdos de la cofradía debían consignarse en el correspondiente libro de actas, y que los ingresos en concepto de cuotas de los cofrades se emplearían exclusivamente en gastos de culto.

Hacia el año 1895 la decadencia de la institución se reflejaba en su mala situación económica, "no pudiéndose cubrir los gastos que se ocasionan en la cofradía del santísimo Rosario por haber decaído hace ya algunos años, según cuentas anteriores, a pesar de haverse exortado lo bastante para que prosperase". Por este motivo se resolvió agregar a esta cofradía la asociación del Apostolado de la Oración "a fin de que lo recaudado en todos estos conceptos forme un fondo para celebrarse con el mayor esplendor los ejercicios correspondientes a cada una de estas corporaciones, para poder mejor de este modo satisfacer mejor los gastos que en cada una se ocasionen".

El día 12 de mayo del año 1900 se celebró una reunión de devotos del rosario en la casa abadía, convocada y presidida por el rector, con el fin de reorganizar la cofradía, para lo cual se eligió una junta provisional compuesta por seis personas. La nueva junta, reunida el día 27 del mismo mes y año, aprobó algunas reglas para su funcionamiento:

"1ª Del saco de los cofrades insaculados saldrán por suerte o se nombrarán todos los años después de la procesión de la rosa dos clavarios, los cuales por el privilegio que tienen, acudirán los primeros domingos de mes a la misa mayor y al ejercicio y procesión de la tarde acompañando a la Virgen.

2ª Para que todos los cofrades puedan ser clavarios de la Virgen sin repugnancia se les entregará todos los años treinta y dos duros de los fondos de la cofradía, más las cuotas que paguen todos los nuevos de los que por conducto de los clavarios entren en la cofradía, para que paguen los gastos ordinarios del domingo de la Rosa con sugeción a la plantilla siguiente, que son los gastos ordinarios:

En la iglesia unos 11 duros, o sean, 55 pts.

A la música 12 duros, o sean, 50 pts.

A la cera unos 3 y 1/2, o sean 17,50 pts.

Al sermón 3, o sean 15.

A la dulzayna 2, o sean 10.

Al macipe 0 1/2, o sean 2,50.

Suma unos 32 duros, o sean 160 pesetas.

3ª Todos los egercicios de los primeros domingos de mes y demás gastos que ocurran los irá pagando el depositario así como vayan ocurriendo.

4ª Para atender a todos los gastos pagará cada cofrade diez céntimos de peseta cada mes, y en la época de las cosechas de trigo, algarrobas, panizo, se saldrá una comisión compuesta de dos clavarios y otros dos individuos de la junta a recoger lo que tengan voluntad de dar los fieles.

5ª El colector saldrá cada tres meses por lo menos a cobrar las cuotas de todos los cofrades, y procurará que toda la colecta quede cobrada todos los años dentro del mes de abril.

6ª Los clavarios con el secretario formarán las cuentas que presentarán al presidente antes del 20 de mayo con el cargo de todo lo recaudado y la data con todos sus justificantes, para dar conocimiento a la junta de todo lo gastado y en que forma, la cual, después de aprovada, quedará archivada en la parroquia".

En el año 1906 se aprobaron unos nuevos estatutos, que recogían las últimas legislaciones que sobre el santo rosario había promulgado el papa León XIII. Según el nuevo texto, la cofradía quedaba compuesta por cofrades o cofradesas, siendo requisito indispensable para gozar de tal condición estar inscrito en el libro canónico de la cofradía. Como tales tenían la obligación de rezar un rosario entero al menos una vez por semana, meditando todos sus misterios, y llevar un rosario bendecido siempre consigo. Los que cumplieran fielmente estas prácticas podían lucrarse de las indulgencias concedidas por la Iglesia. Los cofrades contribuían al mantenimiento de la cofradía con una limosna de cinco céntimos mensuales. La cofradía aparece dirigida por un director y vicedirector, pertenecientes al clero, y de elección perpetua. Además había un presidente, tesorero, sacristán, secretario, y visitador de enfermos.

Según leemos en el libro de la cofradía "en este año de mil nuevecientos seis, día cinco de enero, fue suspendido por la autoridad superior eclesiástica el rosario de la aurora, y prohibidas temporalmente las fiestas públicas [...]. Pero las fiestas se celebraron en la iglesia con la mayor solemnidad posible, y la de octubre con rosario público muy concurrido. Los gastos de las fiestas y de algunos ejercicios y procesiones celebradas en algunos domingos primeros de mes, y de cera, y de rosarios sorteados, se sufragaron...".

En el año 1908 se establecían las bases de la asociación del Rosario de la Aurora, que comenzó ya a funcionar como sección de jóvenes en el año 1895. Según sus disposiciones, esta asociación es propiamente una sección de la cofradía del Rosario, por lo que para poder pertenecer a ella es imprescindible el estar inscrito en la cofradía. El fin de la asociación era mantener la pervivencia del rosario de la aurora que se venía celebrando en Torrent desde tiempo inmemorial, "consistente en que al amanecer, algún sacerdote de la orden de predicadores acompañado de un coro de cantores salga del templo y, recorriendo los barrios de la población, canten las oraciones del rosario de María, agregándose gente en la carrera, sobre todo de trabajadores, y volviendo al templo se reza el rosario, se celebra misa, y practican otros ejercicios piadosos". Para ello imponía a sus socios la obligación de asistir a todos los rosarios públicos convocados, además de sus obligaciones inherentes como cofrades. También los miembros de esta asociación serían los encargados de celebrar la fiesta de la Rosa el primer domingo del mes de mayo. Estos estatutos ya recogen la celebración del rosario público todos los días del mes de octubre, que saldría de la parroquia, de la ermita de san Luis, o de la capilla de la Virgen del Rosario en el convento de Monte-Sión, y de un rosario matutino todos los domingos del año, tal y como venía realizándose.

Pasados estos años de dificultades, la cofradía continuó funcionando de esta manera hasta 1936, viéndose incluso cada año incrementada la práctica del rosario público. Durante los mismos se estableció la costumbre de ir pasando una hucha donde cada asistente contribuyera voluntariamente con un donativo para el sostenimiento de la cofradía. Tras el paréntesis de la guerra, la cofradía ha continuado promoviendo estos actos de culto a su titular del mismo modo hasta nuestros días, aunque su funcionamiento y organización haya ido evolucionando con el paso de los años respecto a las normas dictadas por los estatutos de 1906.

La destrucción de la imagen de la Virgen del Rosario durante la guerra obligó también a esta cofradía a realizar el encargo de una nueva talla en el mes de diciembre de 1941, firmando un contrato con el escultor José March Coll. La nueva imagen se colocó en su altar y se bendijo en el mes de mayo de 1942.

4.1.5- Congregación de las Hijas de María y Teresa de Jesús

La más difundida de las congregaciones marianas surgidas en esta nueva etapa fue la de las Hijas de María. De origen italiano, penetra en España en una fecha difícil de precisar, pero a finales del siglo XIX ya se hallaba implantada en la mayoría de parroquias de las diócesis de España. Uno de los principales propagadores de esta asociación por los pueblos catalanes y valencianos fue san Enrique de Ossó, quien fundó en 1873 en Tortosa la archicofradía de Hijas de María y Santa Teresa de Jesús. Su presencia va dirigida a la juventud femenina.

Esta congregación fue instituida en Torrent en el año 1893, a iniciativa de varias jóvenes de la parroquia, y con el visto bueno del cura párroco, según se desprende de una instancia presentada en el arzobispado el 22 de agosto del mismo año por don Pascual Ricart, coadjutor de la parroquia de Torrent, en la cual se pedía el nombramiento de director de la misma. De sus primeros años de funcionamiento tan sólo se tiene referencia de que sus congregantes celebraban junto con la cofradía del Rosario ejercicios espirituales con exposición del Santísimo el primer domingo de cada mes.

El primer libro de actas que se ha conservado comienza en el año 1940. El día 8 de febrero, bajo la dirección de don Francisco Gil, se elijió la nueva junta de la congregación. En esta reunión se acordó continuar celebrando la misa de comunión general para las congregantes el primer domingo de cada mes, y la reunión de la junta y celadoras el jueves anterior. A partir de 1952 estas reuniones continuaron celebrándose con una periodicidad bimensual. La oración estaba presente en todas las reuniones con el rezo de un avemaría al principio o al final de las mismas, y con unas preces. También en todas las sesiones solía hacerse una lectura de un libro sobre la Virgen, tras la cual el director hacía una pequeña plática de carácter moral sobre el compromiso que debían adoptar las congregantes para servir de ejemplo al resto de las jóvenes, y sobre la importancia de su apostolado en la sociedad.

Las fiestas a la titular de la congregación se celebraban el día 8 de diciembre, festividad de Inmaculada Concepción. Estas se preparaban con la celebración de cuarenta horas los días 5, 6, y 7 de diciembre por una intención particular. El domingo anterior a la Inmaculada se bajaba en procesión la imagen de la Virgen de Monte-Sión del convento a la parroquia de la Asunción. El día ocho se celebraba misa de comunión general y procesión, con la asistencia de las clavariesas. Al domingo siguiente se subía Virgen al convento.

También para el día de santa Teresa solían celebrarse algunos ejercicios espirituales para las congregantes.

Una de las prácticas que tenía la congregación era el asistir a los entierros de sus asociadas. Parece ser que se extendió la costumbre de que cuando alguna joven enfermaba gravemente, sus familiares la inscribían para que si fallecía, las congregantes asistieran a su entierro. Al ser por ello tan frecuentes los entierros en que debían asistir, no acudía casi gente. Por este motivo, en la reunión celebrada el 30 de junio de 1941 se acordó que no se asistiera a los entierros de las niñas que todavía no habían recibido la primera comunión, ni de las jóvenes si no había transcurrido un determinado tiempo desde su inscripción a la congregación.

La congregación asistía a los entierros y actos festivos con su bandera. El 6 de septiembre de 1944 se acordó confeccionar una nueva por no aprovechar la que había, y fue bendecida en la misa de comunión celebrada el primer domingo de diciembre de ese mismo año.

Los esfuerzos de la congregación durante los años de la postguerra se centraron también en la reposición de las imágenes que habían sido destruidas en 1936. En la reunión celebrada el 29 de febrero de 1940 se tomó el acuerdo de colocar un cuadro de la Inmaculada en su altar tras la reconstrucción del templo parroquial. El 3 de septiembre de 1942 se acordó encargar al escultor Vicente Rodilla la talla de una imagen de santa Teresa. Por estos años se adquirió otra imagen de la Inmaculada para presidir su altar. Pero en el año 1954, con motivo de la celebración del año mariano, la congregación mandó tallar otra nueva imagen al mismo escultor, cuyo coste fue de 13.500 pesetas. Dos años más tarde, en 1955, se decidió regalar la antigua imagen para que fuera venerada en la recien erigida parroquia de san José. Para ello se trasladó en procesión desde la parroquia de la Asunción el día 4 de diciembre de ese mismo año.

Hacia finales de la década de los cuarenta se pensó en la posibilidad de construir el retablo en la capilla de la Inmaculada. Con esta finalidad, en la reunión del 8 de octubre de 1947 se tomó la iniciativa de abrir una libreta en la caja de Torrent para que las clavariesas ingresaran cada año su donativo. Y en el año 1956 se acordó la colocación del nuevo retablo, sin consignar las actas en que año fue concluido y bendecido.

4.1.6- Cofradía de Nuestra Señora de los Desamparados

El libro del racional de 1853 y la documentación coetánea no nos aporta ningún testimonio de la existencia de esta cofradía. Posiblemente ésta se organizó hacia finales del siglo XIX, pues los estatutos que se hallaban vigentes hasta 1993 databan del año 1880, aunque no se ha conservado ninguna copia de los mismos. Entre los actos de más relieve de la cofradía durante este período hemos de destacar la coronación canónica de Nuestra Señora de los Desamparados en el año 1954.

4.1.7- V.O.T. y cofradía de Nuestra Señora del Carmen

Esta asociación ya se hallaba instituida en la parroquia de Torrent hacia mediados del siglo XIX, pues en su archivo se conserva un manual de ingresión de los hermanos.

Los orígenes de esta orden podemos encontrarlos en el siglo XV, al ser aprobada su regla por el papa Nicolás V. Esta constituye una rama seglar de la orden de los carmelitas.

Según la definición aportada por el texto de la regla, es "la asociación de fieles que, viviendo en el siglo y compartiendo la vida religiosa y apostólica de la Orden de los Carmelitas, según la propia regla, se esfuerzan, bajo la dirección de la misma Orden, por alcanzar la perfección cristiana y la salvación de las almas, de modo conveniente al estado seglar". El fin de la tercera orden, según su regla, es la especial veneración a la Virgen del Carmen, la perfección de los terciarios, y la edificación del prójimo, encaminado todo a la gloria de Dios y a la propia salvación.

De igual manera que en otras asociaciones religiosas, el primer libro de actas conservado comienza en la postguerra, concretamente en el año 1954. A través de sus reuniones podemos conocer cual era el funcionamiento de la tercera orden y cofradía. Aunque a ella pueden pertenecer seglares, tanto casados como solteros, hombres como mujeres, durante esta época tan sólo aparecen mujeres entre sus miembros en el caso de Torrent. En junio de 1954 se elijió una nueva junta. Esta celebraba una reunión anual presidida por el consiliario y cura de la parroquia para tratar del funcionamiento de la orden. Comenzaba con el rezo del avemaría, y finalizaba con unas preces.

Los actos de culto que organizaba la orden se centraban en la comunión mensual. A este respecto se acordó en el año 1957 que se cantara la salve en el altar de la Virgen el día de la comunión mensual "con el fin de dar más relieve a este acto, al parecer un poco olvidado por los terciarios y cofrades carmelitas, a juzgar por el escaso número que llevan el santo escapulario al recibir la sagrada comunión". El escapulario de la Virgen del Carmen que llevaban sus miembros es signo de protección y de consagración a María. La orden también ofrece a quienes pertenezcan a ella la posibilidad de ganar indulgencias durante determinadas festividades, practicando los actos devocionales y sacramentales que se indican. Por ello en la misma reunión se acuerda colocar una pizarra a la entrada de la iglesia en la que se indique los cada mes los días en que se puede ganar la indulgencia plenaria, así como el día en que se celebra la comunión mensual.

Para la preparación de la festividad de la Virgen del Carmen se celebraba un triduo, que finalizaba el último día con una procesión claustral por la plaza de la Iglesia, y una reserva solemne. El día de la fiesta se celebraba una misa de comunión general. Como consecuencia de ser cada vez menos las hermanas y cofradesas, a partir de 1968 se suprimió el triduo preparatorio por la escasa asistencia de gente, y este acto sería sustituido por la exposición del Santísimo el día de la fiesta. Un año después, en 1969 se suprimía la procesión claustral por la plaza de la Iglesia, quedando el culto reducido a partir de entonces a la exposición del Santísimo y a la misa de comunión general.

Para ingresar en la orden había un período previo de postulantado, transcurrido el cual, si se deseaba, se producía el ingreso. La costumbre seguida en Torrent era la inscripción previa en la cofradía, desde la cual, si se deseaba, se podía pasar a pertenecer a la tercera orden. La profesión de hermanas se celebraba en una misa solemne. En el año 1958 se fijó la fecha el domingo siguiente al día de la fiesta. Durante los primeros años de la década de los sesenta comenzó a notarse un descenso en el número de las hermanas y de las cofradesas, pues cada año ingresaban en menor número de las que fallecían. En el año 1965 la hermana mayor animaba a las celadoras a que procuraran que alguno de sus familiares se inscribiera en la cofradía, y a ser posible que ingresara en la tercera orden con el fin de compensar las bajas que se producían.

El libro de cuentas de la tercera orden y cofradía nos permite conocer los rasgos fundamentales de su economía. La principal fuente de ingresos se basaba en las cuotas de carácter anual que pagaban sus asociadas. Otros ingresos provenían de la venta de manuales y de escapularios. Entre los gastos más habituales figuran los actos de culto celebrados con motivo de la festividad de la titular, y los aranceles de las misas en sufragio de las cofradesas y hermanas que fallecían.

4.1.8- Cofradía de las Madres Católicas

Parece ser que se fundó a principios de siglo, según se desprende de una referencia contenida en un libro conservado en el archivo parroquial "...no hay más antecedentes que un libro de memorias de la asociación de Madres Católicas, fundada bajo la advocación de la santísima Virgen en el misterio de su Asumpción, donde se mencionan las antedichas 40 horas celebradas en 1902". Por la misma fuente sabemos que hacia el año 1918 las Madres Católicas celebraban en la tarde del cuarto domingo de cada mes ejercicios espirituales con exposición del Santísimo.

La cofradía estaba compuesta de mujeres casadas. De entre sus miembros anualmente se elegían unas clavariesas que se encargaban de celebrar las fiestas solemnes a la Nuestra Señora de la Asunción, titular del templo parroquial, que en la etapa anterior patrocinaba la obrería. Durante la década de los cincuenta se celebraban las cuarenta horas en la víspera de la fiesta, con ejercicio, reserva, y volteo de campanas al atardecer. El día 15 a primera hora se oficiaba la misa de comunión general. A media mañana se celebraba una misa cantada de primera clase, presidida por las clavariesas y cofradía. Por la tarde tenía lugar la procesión general, y al finalizar esta se disparaba una traca en la plaza. La ausencia de los libros de actas nos impiden conocer con más detalle otros aspectos referentes a su funcionamiento y organización.

4.1.9- Congregación Mariano Angélica de San Luis Gonzaga

Esta congregación fue fundada en la parroquia de san Nicolás de Valencia. Entre sus fines destacan la practica de ejercicios espirituales e indulgencias, y la instrucción de los jóvenes en la doctrina cristiana.

Fue instituida en la parroquia de la Asunción en 1883 y aprobada canónicamente por el arzobispo el 24 de julio de ese mismo año, a petición del rector don José Giner Durá, a quien el mismo arzobispo nombró como director.

Parece ser que a principios del siglo XX la asociación había perdido su vitalidad inicial, y se hallaba en un estado de decadencia. Por ello se trató su situación en la reunión del clero celebrada el 3 de julio de 1901, y con el fin de darle un mayor impulso se acordó nombrar una junta provisional integrada en su totalidad por sacerdotes. Como director quedó don Juan Bautista Daries, como presidente don Pascual Ricart, y como consiliarios don Joaquín Vidal y don Francisco Planells. El tesorero era don Miguel Tronch y el secretario don Agustín Palau.

Dos años más tarde parece ser que la situación de la congregación había mejorado, por lo que en la reunión del clero celebrada el 1 de abril de 1903 se manifiesta que ya se había encontrado de entre los congregantes las personas que pudieran ser presidente, tesorero y secretario, que en adelante compondrían la junta con el director, quedando la anterior junta provisional disuelta. Así mismo se pretende seguir trabajando para que la congregación tome un mayor impulso, comprometiendo en adelante a ocho personas como clavarios para realizar las fiestas en honor del santo titular, en vez de a cuatro como se venía haciendo hasta ahora:

"Para que entre los congregantes haya más estímulo y animación se acordó que en lo sucesivo se sorteen ocho clavarios todos los años en vez de cuatro, los cuales se inspirarán y atendrán en todo a las disposiciones de la junta, desempeñarán los cargos de capilleros y otros que esta les confiare, y sobre todo cuidarán de atraer nuevos congregantes que sean devotos de san Luis y honren esta simpática congregación".

A partir de la década de los cuarenta desapareció la asociación, y la fiesta a san Luís Gonzaga pasó a celebrarse el domingo de Rosas por los clavarios de la Virgen del Rosario.

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