Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo III: Una Comunidad Comprometida con la Sociedad (Siglos XIX-XX)

 

IV- INSTITUCIONES Y OBRAS DE ESPIRITUALIDAD Y DE APOSTOLADO.

4.3- Asociaciones y obras de formación y apostolado: la Acción Católica

La acción católica como medio existía ya desde los primeros tiempos del cristianismo, ya que los apóstoles se servían de laicos para colaborar en su labor evangelizadora. El papel evangelizador del laico había dejado de tenerse en cuenta en una sociedad donde todo el mundo se consideraba católico, quedando la labor formativa y doctrinal únicamente en manos de los sacerdotes. Pero la necesidad manifiesta durante esta época de

de atraer almas a la Iglesia posibilitó que tuvieran notable arraigo a partir del siglo XX instituciones como la Acción Católica, cuyos militantes desarrollaron una gran labor en la formación doctrinal y en el apostolado seglar.

La idea de la acción católica fue concebida por el papa Pío IX, aunque como entidad organizada a nivel de toda la Iglesia la

erigió Pío XI. En la diócesis de Valencia se instituyó la comisión diocesana de Acción Católica el 19 de marzo de 1927.

La acción católica como obra se define como la colaboración de los laicos en el apostolado jerárquico de la Iglesia. Como entidad o institución es un conjunto de laicos organizado que, bajo la dirección de la jerarquía eclesiástica, colaboran en todo el apostolado jerárquico de la Iglesia que, a diferencia de otras asociaciones, tiene una esfera de actividad amplísima.

En la parroquia de la Asunción de Torrent se fundó como asociación en el año 1934, y en 1936 se constituyó provisionalmente el centro, aunque la guerra civil impidió su completa organización. Con posterioridad a 1939 se organizó de nuevo, fundándose las cuatro ramas características: la de hombres, la de mujeres, la de los jóvenes, la de las jóvenes. También había otra de niños hasta los diez años, y de aspirantes hasta los doce o trece años.

Dentro de la diócesis la Acción Católica estaba coordinada por una comisión diocesana. A nivel de la parroquia lo estaba por una junta parroquial, cuya presidencia correspondía al párroco o consiliario en quien este delegara, quien era nombrado como tal por el ordinario diocesano. Por debajo había un presidente de los distintos centros parroquiales, un secretario, y un tesorero. Existían dos clases de socios adscritos en su correspondiente rama: individuales y colectivos. Los individuales podían ser a su vez militantes, activos o suscriptores. Los militantes son los que habían de ocuparse en las actividades especiales de la Acción Católica en la propaganda oral o escrita como catequesis, etc. Los activos simplemente son los que habían de trabajar especialmente en el apostolado, guardando el reglamento de los socios de Acción Católica. Los suscriptores eran los que contribuían indirectamente a los fines de la asociación con una cuota, y aunque podían tomar parte de sus reuniones y de sus círculos de estudio, y servir de auxiliares en el apostolado, no se comprometían con la obligación reglamentaria a los fines de la misma. Estos eran tres: piedad, estudio, y acción, en torno a los cuales se configuraban las diferentes secciones de cada rama. Los socios colectivos podían ser las asociaciones parroquiales que con su apostolado externo contribuían a la propaganda católica.

El descuido en la conservación de las actas ha afectado también a esta asociación, pues tan sólo han podido llegar hasta nosotros los libros de las ramas de mujeres y de las jóvenes de los años de la postguerra. Sin embargo sus testimonios son suficientes para recomponer a partir de ellas el funcionamiento y organización de las mismas, que era muy similar al de las ramas masculinas de hombres y jóvenes.

La rama de mujeres estaba dirigida por una junta compuesta por una presidenta, vicepresidenta, secretaria, vicesecretaria, tesorera, vicetesorera, y por una vocal y una auxiliar encargadas por cada sección. Se instituyeron varias secciones: la de religión, moralidad, benéfico-social, enseñanza, y propaganda.

La sección de religión se encargaba de preparar actos de formación como ejercicios mensuales y círculos de estudio con una periodicidad quincenal. En caso de que algunas mujeres no pudieran pagar, se hacía una colecta entre las demás asistentes para cubrir sus plazas. La formación personal de sus militantes era uno de los pilares básicos de la Acción Católica, pues según la concepción de Pío XI, son preferibles pocos miembros bien formados que muchos con escasa formación.

Otra de las misiones fundamentales consistía en explicar la catequesis a los niños de primera comunión y a los adultos. En el año 1940 había establecida catequesis en los cuatro centros de la población, impartiéndose todo el año únicamente en el centro de la Dominical. Era diaria en el comedor de Auxilio Social, celebrándose antes del reparto de la comida, y en la parroquia de la Asunción durante los dos meses previos a recibir el sacramento de la primera comunión. En el año 1940 la presidenta de las mujeres de Acción Católica propuso como medio para recaudar fondos para el catecismo la fundación de la Congregación para la Doctrina Cristiana, cuyos socios contribuirían con una cuota mensual de 0,05 céntimos. Pero la junta acordó resolverla más adelante. Posiblemente esta asociación comenzaría su funcionamiento en el año 1943, que es la fecha en la que comienza su libro de cuentas conservado en el archivo parroquial. Los ingresos, además de las cuotas de los contribuyentes, procedían de rifas de arroz y aceite, y donativos de particulares y de sociedades como la Cooperativa Obrera de Electricidad de Torrent. El dinero recaudado se gastaba fundamentalmente en excursiones, en el pago de los gastos de la fiesta de Nuestra Señora del Buen Consejo, patrona del catecismo, y en propaganda. Esta asociación continuó funcionando hasta el año 1951 en que finalizan los apuntes en el libro de cuentas.

También la sección de religión se encargaba de posibilitar el bautismo de aquellos niños que no lo habían hecho en el momento de su nacimiento. En el año 1940 se bautizaron diez niños de entre dos y tres años. Además trataban de extender la práctica de actos piadosos de obligado cumplimiento para los socios de Acción Católica como eran la misa de comunión los primeros domingos de mes, el retiro espiritual los terceros, además de otros de cumplimiento no obligado ni organizados por esta institución, pero muy recomendables, como eran las vísperas solemnes, viacrucis matutino del viernes santo, la vigilia mensual de Adoración Nocturna para mujeres, los ejercicios de los Jueves Eucarísticos, los actos de las Marías del Sagrario, del Apostolado de la Oración, de la V.O.T. de la Virgen del Carmen, y de otras asociaciones de la parroquia.

Conviene destacar también la activa participación de esta sección en la preparación de actos extraordinarios como las misiones populares, y en la instalación de unas religiosas Obreras de la Cruz que ocuparon temporalmente durante unos años el local de la Dominical que habían dejado las Salesianas a causa de la guerra.

A partir del curso 1941-42 se organizó una escuela de acólitos "donde se instruye a los niños en las ceremonias y cultos de ritual, a la vez que se les forma en el respeto y cariño a la casa de Dios y a las cosas sagradas", y un coro de cantos litúrgicos. También procuraban mantener las buenas costumbres en el interior del templo, por lo que durante el curso 1941-42 "las mujeres de Acción Católica han conseguido suprimir los ruidos en la casa de Dios imponiendo el uso de tacones de goma y canteras de corcho en las silletas".

La sección de moralidad se encargaba de legalizar los matrimonios extracanónicos, y de velar por la pureza de las costumbres en una época donde la confesionalidad del Estado favorecía y auxiliaba con sus leyes y medios los ideales de la Iglesia.

De este modo no es de extrañar que se llegara a extremos, que vistos desde la perspectiva actual podíamos calificar de intolerantes respecto a las actitudes de ciertas personas. En el balance del curso 1940-41 las actas nos indican que "se han llevado a cabo las gestiones necesarias para el ingreso de una niña en el reformatorio, y se ha colocado otra en la casa de ejercicios, confiando en que el nuevo ambiente evite el tener que llevarla al correccional antes citado". También el balance del curso 1941-42 indica que "se nos han presentado casos de tan subida inmoralidad que hemos tenido que recurrir al digno jefe de la Guardia Civil".

Otro de los campos de actuación de esta sección de moralidad giraba en torno de la supresión de espectáculos que en su momento eran calificados de inmorales, como los bailes públicos, y sobre el control de las proyecciones cinematográficas, que en ocasiones solían presentar algunas películas calificadas de dudosa moralidad. En la asamblea de final de curso celebrada en 1943 las mujeres de Acción Católica comunicaban que "trabajamos el verano pasado por la supresión de los bailes públicos, elevando nuestra protesta a las autoridades locales. Y se prohibieron, pero tenemos la certeza de que se sigue bailando en casas particulares". Respecto al cine se puso en el cancel del templo parroquial una pizarra con la programación de cine que contenía la clasificación de cada una de las películas exhibidas, "y espera esta sección que por lo menos las juventudes de Acción Católica se abstendrán de asistir a los salones donde se proyectan películas de dudosa moralidad". Un año después, al final del curso 1942-43, se hacía el siguiente balance:

"Seguimos publicando en la pizarra del templo parroquial la clasificación de las películas y, aunque no en gran escala, se observan algunas abstenciones. Confiamos en que el sentido de la dignidad se imponga, y lleguemos hasta hacer el vacío cuando las proyecciones sean inmorales".

La sección benéfico-social se encargaba fundamentalmente de ejercer la caridad en una época en que, por las dificultades económicas de la postguerra, había en la localidad gran número de personas que carecían de algo tan indispensable como la comida o el vestido. Para este fin tenían confeccionado un fichero de pobres de la localidad, donde se indicaban los que estaban adoptados por las conferencias de san Vicente de Paul. Dados los pocos recursos de que se disponía, durante el curso 1940-41 se tomó la decisión de no auxiliar a los pobres que no eran de primera necesidad, y que además recibían otras ayudas que solían otorgan de instituciones oficiales como la C.N.S. o la Falange, "conmemorando fechas gloriosas".

También había organizado un botiquín donde se recibían medicamentos de primera necesidad donados por farmacéuticos de la localidad, y un ropero. Durante el curso 1941-42 "en el ropero se han recibido 64 prendas, que no han llegado al armario, pues como he dicho hay mucha necesidad y muchos cuerpos mal cubiertos". Esta sección también confeccionaba algunos trajes de primera comunión en caso de que las familias no tuvieran los suficientes recursos para adquirirlos. También hacia el año 1945 organizó el Secretariado Parroquial de Caridad, que continuó trabajando durante muchos años en la asistencia a los necesitados. Esta institución regentó la popular Tómbola Diocesana de Caridad durante su presencia en Torrent en el año 1956, recaudando fondos para cubrir las necesidades de las personas más desfavorecidas de la localidad.

La sección benéfico-social también canalizaba los trámites de las viudas cuyos hijos podían ser incluidos en el padrón de huérfanos de la revolución, con la finalidad de recibir alguna ayuda del Estado. Además las miembros de la sección solían ayudar a la sección de catequesis que trabajaba en el comedor de Auxilio Social.

Durante el curso 1941-42 las integrantes de esta sección se quejaban de la escasa actividad que tenían en consideración con el número de pobres que había en la localidad, que justificaban con la importancia de la caridad que los laicos ejercían de manera privada y anónima:

"la caridad privada debe ser muy abundante cuando tantas familias transhumantes hechan aquí sus raíces. Lo que falta a nuestro entender es cuantificar, organizar la caridad a fin de que llegue a los verdaderos pobres con plena eficacia, para que en nosotros vean la mano de la providencia y la benignidad".

Los fines de la sección de enseñanza eran fundamentalmente el velar por la adecuada enseñanza de la religión en las escuelas del Estado, y por las buenas costumbres de sus maestros. Por ello, durante el curso 1940-41 las actas nos indican que "velando por la preservación moral de la juventud, ha conseguido de la superioridad la clausura de una escuela donde había promiscuidad de sexos y el maestro es protestante". Durante el curso 1942-43 las mujeres de la sección de enseñanza se percataron de la preocupación del Estado de que se enseñara adecuadamente la religión en las escuelas, por lo que el trabajo de esta sección se centró más en el control sobre los maestros para que cumplieran los actos de piedad con sus alumnos, tal y como entonces era preceptivo:

"esta sección tiene sumo cuidado en vigilar de forma discreta comprobando que se cumplen en esta población los actos religiosos que forman una de las partes más importantes del programa escolar que son: el rezo del santo rosario, la explicación del santo evangelio, la asistencia con los niños a la santa misa en los días de precepto, y la enseñanza del catecismo".

Pero la principal aportación de la sección de enseñanza consistía en la institución de la escuela nocturna Nuestra Señora de los Desamparados para obreras de 16 a 20 años, donde además de la correspondiente formación académica elemental, recibían la catequesis. "Aquí la obrera recibe la formación cultural y religiosa que la prepara para cuando llegue a formar un nuevo hogar sepa cumplir con sus deberes de madre y esposa cristiana".

También se formó una biblioteca con libros de carácter formativo, recreativo, y de piedad, que más tarde pasaría a estar gestionada por la sección de prensa.

La sección de familia fue creada durante el curso 1941-42. Los fines de esta sección eran el aprovechar la presencia de la mujer para desde ella "cristianizar la familia, volver a las buenas costumbres, aprovechar esos tesoros de gracias, de heroísmos sublimes, de instintos maravillosos que sólo la mujer ha recibido de la divina providencia, en beneficio de su esposo y sus hijos para llevarlos a Dios". Con estos fines posteriormente se creó la escuela del hogar, y el apostolado de la cuna. Además se trataba de promover ciertas costumbres de piedad como era el que las mujeres asistieran a la misa de purificación inmediatamente después del parto.

La finalidad principal de la sección de propaganda era la gestión administrativa de esta rama de la Acción Católica. Sus miembros colaboraban con la tesorera en la recepción de las cuotas de las socias, que era la principal fuente de ingresos de la asociación, además de algunos donativos que se recibían. Como gastos figuraban las donaciones realizadas, sobre todo por la sección benéfico-social, la adquisición de libros, y la organización de actividades. Un veinticinco por ciento de la cantidad recaudada trimestralmente se transfería para el mantenimiento de la comisión diocesana de Acción Católica.

La rama de las jóvenes no tenía en sí ninguna sección organizada, y el cumplimiento de los fines de la Acción Católica consistía básicamente en su colaboración con las secciones establecidas por la rama de mujeres. Los actos de piedad se llevaban a cabo "haciendo nuestra meditación diaria, visita frecuente al Santísimo, comunión semanal, retiro mensual, ejercicios espirituales una vez al año, modestia ejemplar sobre todo en la iglesia, y conducta intachable". También a partir del curso 1943-44, las jóvenes se encargaron junto con las secciones de menores de rezar el rosario vespertino en el templo tres días a la semana. Los actos de estudio se realizaban "asistiendo a los actos de juventud, a los círculos y reuniones, teniendo lecturas formativas, con preferencia el evangelio". Los actos de acción se materializaban "asistiendo a todas las obras parroquiales, limpieza de la iglesia, y sobre todo en la catequesis". Para realizar el apostolado en el ambiente del vecindario se instituyeron los ángeles de calle. Y una de las mejores iniciativas que surgió de la rama de las jóvenes fue la institución del plato de la providencia durante el curso 1946-47:

"por iniciativa de nuestro consiliario don Ángel García el día 19 de marzo se instituyó en nuestra parroquia el plato de la providencia. Consiste en dar una comida condimentada. La dadora lleva una targeta y la echa en uno de los buzones: parroquia, ermita. Estas son recogidas por las encargadas de buzón, que anotan en la misma targeta el nombre del pobre (este es el que le toca el turno en la lista dada por el secretariado de caridad) y lo llevan a las chicas encargadas que se llaman ángeles de la caridad, y son 4 en cada buzón".

Estas a su vez se encargarían de llevarlo al pobre que le correspondiera. La valoración de esta experiencia fue muy positiva, pues "esta institución es mirada con mucho cariño. Se han repartido 215 platos".

De entre las actividades benéficas llevadas a cabo por la Acción Católica en su conjunto merece la pena destacar el sorteo de una vivienda en el año 1953, en cuya adquisición participaron casi todos los torrentinos con la compra de boletos. Todos se congratularon con el resultado del sorteo, al salir agraciado un obrero cuya vivienda no ofrecía condiciones dignas.

Como signos externos de la Acción Católica había una bandera para cada sección, y las insignias individuales para cada socio. Estas solían imponerse durante la asamblea de principio de curso, coincidiendo con la fiesta de Cristo Rey. También en este acto, celebrado el 27 de octubre de 1941 se bendijo la bandera de la rama de las jóvenes. Posteriormente se instituyó en la parroquia el día de la Acción Católica, tal y como promulgaba el sínodo diocesano de 1951.

En el año 1955 se constituyó en Torrent el centro de la Hermandad Obrera de Acción Católica (H.O.A.C.), que constituía un movimiento especializado dentro de la institución. Los actos tuvieron lugar el domingo día 8 de febrero, comenzando la jornada con una misa de comunión general a las 8,30 con la asistencia de las cuatro ramas. El acto de constitución se celebró a las 11,30 en el local de los hombres de Acción Católica, sito en el salón parroquial, contando con la asistencia del secretario diocesano. Una de las actividades de este movimiento era impartir cursillos de formación espiritual dirigidos a los trabajadores.

A partir de la década de los sesenta continuaron su funcionamiento habitual las ramas de hombres y de mujeres, y en la juventud se abrieron paso los movimientos especializados. En la parroquia tuvo mucha implantación la Juventud Rural Católica (J.A.R.C.), además de la Juventud Obrera Católica (J.O.C.), la Juventud Estudiantil Católica (J.E.C.), y la Juventud Independiente Católica (J.I.C.), todos ellos con sus ramas masculinas y femeninas. Esta organización de las juventudes se mantuvo en la parroquia de la Asunción hasta la década de los setenta cuando comenzaron a desaparecer de forma generalizada en toda la diócesis. A nivel organizativo por encima de la parroquia existía una junta diocesana para cada movimiento especializado.

La formación de los miembros de los movimientos especializados giraba en torno a la revisión de vida por equipos, basada en la metodología de ver, juzgar, y actuar. La principal aportación de estos movimientos fue la proyección de su labor de apostolado fuera de los ambientes de la parroquia, sin abandonar por ello el apostolado general. En ello estriba la originalidad de estos movimientos, donde la Acción Católica es al mismo tiempo general y especializada. Por tanto, se puede afirmar que preconizaron el ideal del apostolado laico que en años posteriores propugnaría el concilio Vaticano II.

 

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