Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo III: Una Comunidad Comprometida con la Sociedad (Siglos XIX-XX)

V- OBRAS DE CARÁCTER SOCIAL

5.2- La emisora

Hacia los años cincuenta se planteaba la necesidad de una emisora local, posiblemente porque todavía pervivía el recuerdo de una emisora que estuvo funcionando en Torrent durante la Guerra Civil. Esta misma necesidad se plantea públicamente en el semanario Torre, donde se informa sobre unos estudios preliminares que se estan llevando a cabo por parte de la jefatura local del Movimiento en vistas a la instalación de una emisora de carácter local, cuyo proyecto nunca se hizo realidad. Por aquel entonces numerosas parroquias habían instalado su propia emisora que, aunque con carácter ilegal, eran absolutamente toleradas por las autoridades. En este contexto el rector de la Asunción de Torrent don José González Frasquet pensó instalar una emisora local dentro del ámbito de la parroquia. Con esta finalidad el párroco adquirió un aparato procedente del desguace de un barco pesquero. Tras haber hecho los oportunos anuncios en la hoja parroquial, la emisora comenzó su primera emisión el domingo 12 de mayo de 1956 con la trasmisión en directo de la misa mayor en honor a la Virgen de los Desamparados. Como era de esperar, teniendo en cuenta el mal estado del aparato, la emisión fue un desastre, pues esta tan sólo se escuchó en un radio de unos cincuenta metros. Ante las espectativas que se habían creado no hubo más remedio que seguir adelante con el empeño, por lo que el cura adquirió un nuevo aparato. Se trataba de una emisora pesquera de 40 watios de modulación en amplitud. Esta quedó instalada hacia el mes de julio del mismo año en la sacristía de la parroquia sita en el lado de la epístola. El problema que planteaba la gran altitud de su techo tuvo que solucionarse construyéndose una especie de cajón de madera. En un lado se ubicó el aparato emisor, mientras que en el otro había un pequeño estudio con una mesa para dos personas y un armario. No se disponía de aparato para controlar la emisión, para lo cual utilizaban el receptor del rector, que tambíen servía para efectuar las conexiones obligatóras con Radio Nacional. Siete discos microsurco y un long play componían la discoteca que totalizaba 29 títulos. Con esta precariadad de medios comenzó a funcionar la emisora de un modo continuado con el indicativo La voz de la Parroquia, bajo la dirección de don Carlos Gracián Medina.

Si en un principio los medios materiales fueron tan escasos, no fue tal el entusiasmo y la ilusión de los numerosos jóvenes, alrededor de treinta, en su mayoría vinculados a Acción Católica, que ofrecieron desinteresadamente su colaboración.

Al consolidarse el funcionamiento de la emisora se planteaba la necesidad de contar con unas instalaciones adecuadas. El rector insistía en la no conveniencia de sacar la emisora fuera de los locales parroquiales, ya que esta circunstancia de alguna manera la preservaba de los posibles riesgos de cierre que comportaba su ilegalidad. Por ello, aprovechando la gran altura del techo de la sacristía donde se ubicaba, hacia marzo de 1957 se construyó un altillo sobre el cual quedaría definitivamente ubicada la emisora. A él se accedía desde la plaza de la Iglesia por una escalera. Un pasillo daba acceso a un despacho para dirección, al cuarto de la emisora, a la sala de control, a un locutorio, y a un estudio. Hacia 1961 se ampliaron las instalaciones sobre un tejado de la casa abadía construyéndose un estudio, un nuevo cuarto de control, una discoteca, y unos servicios. Estas instalaciones se hallaban conectadas con el teatro parroquial para poder ofrecer desde el mísmo actuaciones en directo. Coincidiendo con la reforma de 1957, la emisora cambió su indicativo, pasando a denominarse Radio Torrente hasta el cierre de la misma.

Hemos de plantear cuales eran las motivaciones que llevaron a la parroquia a promover esta iniciativa. Uno de los principales objetivos persegidos por el rector era el disponer de un instrumento moderno para realizar la labor de apostolado. Esta se hacía internamente desde el mismo grupo de jóvenes que trabajaban en la emisora dirigidos por su consiliario don José González Frasquet dentro del ambiente de la parroquia y del grupo de Acción Católica. Pero la posibilidad más importante que ofrecía la emisora era la de poder difundir hacia el exterior y hacer llegar a todos los ambientes la labor pastoral de la parroquia dentro de un marco exclusivamente local.

La programación religiosa de la emisora estaba dirigida por el párroco. Se transmitían en directo las misas de las grandes festividades como la Purísima, la Ascensión, los santos oficios de semana santa, etc. Todas las tardes a partir de las 19,30 se retransmitía el rezo del rosario. También diariamente, el párroco realizaba un programa un de cinco minutos de duración emitido a las 13,55 horas, inmediatamente antes de las noticias, titulado lo que usted debe saber, donde se hacían comentarios sobre aspectos religiosos. Los domingos este programa se suplía por el artículo de la semana, que consistía en la lectura de un artículo importante aparecido en los periódicos de esa semana, primando en la selección los que hacían referencia a algún tema religioso. En semana santa la programación tenía un tratamiento diferente. Mientras por aquellos años las emisoras reducían la programación, en esta sin embargo se veía incrementada, ya que se transmitían en directo todos los actos religiosos: misa in coena domini, el sermón de las siete palabras, los santos oficios del viernes santo, y la vigilia del sábado santo, en cuanto a celebraciones litúrgicas se refiere. Fuera del templo se retransmitían en directo todas las procesiones. La del santo entierro, celebrada el viernes por la noche, ademas de transmitirse en directo, se retransmitía en diferido el sabado santo a partir de las 15 horas.

Otro de los objetivos de esta emisora, buscados sobre todo por su director, era el disponer de un medio informativo de carácter local, por lo que en sus emisiones no se trataban noticias circunscritas fuera de este ambito. Después de emitir los dos diarios hablados de Radio Nacional, cuya conexión era obligatoria, a las 14,45 y a las 22,15 se trasmitía otro diario hablado titulado notas locales de unos diez minutos de duración, donde se ofrecían noticias de carácter exclusivamente local, bandos del ayuntamiento y de otros organismos, farmacias de guardia, notas necrológicas, etc.

La programación era bastante completa y variada. Durante los nueve años de funcionamiento emitió de 12 a 16 horas, y de 19 a 24 horas. Hubo un tiempo en que no se emitió los domingos por la noche para no perjudicar el tiempo de ocio de los locutores, dado el carácter desinteresado con el que realizaban su trabajo.

La programación de un día normal quedaba estructurada de la siguiente manera: De 12 a 12,30 se emitía el programa música mientras trabaja donde las amas de casa y jóvenes solicitaban algún disco que querían escuchar. De 13 a 13,30 se transmitía el programa discos de socios, en el que los socios de la emisora tenían derecho a elegir un disco. De 13,55 a 14 horas se escuchaba el programa religioso lo que usted debe saber. El tiempo hasta las 14,30 estaba ocupado por un programa variable. A partir de entonces se emitía el diario hablado de Radio Nacional, y a las 14,45 el informativo notas locales. De 15 a 16 horas se escuchaban discos solicitados por el público.

A las 19 horas se reanudaba la emisión con un pograma variable. A las 19,30 se rezaba el santo rosario. A las 20 horas se emitia el programa discos dedicados, donde se ponía música que el público solicitaba con una dedicatoria. De 21 a 21,30 había un programa de duración variable. A las 22 horas se conectaba con el diario hablado de Radio Nacional y acto seguido, a las 22,15, se emitía el informativo notas locales. El tiempo hasta las 11,30 estaba ocupado por un programa de duración variable, y a partir de entonces se emitía el espacio música en las estrellas, consistente en 26 minutos de música suave ininterrumpida, seguida de una glosa aludiendo al descanso y al día que termina, para dar por finalizada la emisión a las cero horas.

Entre los programas emitidos en la sesión de la mañana podemos mencionar rincón filatélico, realizado por el club filatélico de Torrent y dirigido por Enrique Miquel Mossi. Eutrapelias cinegéticas era un programa dedicado al mundo de la caza, y estaba dirigido por Rosendo Miquel Vilarroya. Había un programa de fútbol dirigido en una primera etapa por Francisco Aliaga, y luego por Aurelio Torrijos Redondo. Tauromaquia era un espacio dedicado al mundo de los toros. Había también un programa de cine dirigido en un principio por Constantino Tarín, y posteriormente por Juan Manuel Ferraro. Los sabados se emitía el programa festival, donde se hacían juegos para niños, se conectaba con un bar de Torrent para con los ahí presentes realizar una quiniela que jugaba la emisora, y se realizaban entrevistas simulando a personajes famosos de la época.

Entre los programas emitidos en la tarde-noche destacamos zarzuela editado los lunes. Radioteatro se emitía los martes. Se retransmitía una obra de teatro en directo por el cuadro de voces de la emisora, emitiendo una vez al mes una obra en valenciano. El espacio banda sonora de cine consistía en la emisión de la banda sonora de una película que se gravaba en uno de los cuatro cines que por aquel entonces había en Torrent, sobre la cual el locutor introducía comentarios de aquellas acciones que no se podían entender sin ver las imágenes. Los viernes se emitía el programa música sinfónica.

Otros espacios muy populares fueron destellos artísticos donde se transmitían desde el teatro parroquial actuaciones de grupos noveles, que casi siempre concluían con la actuación desiteresada de algún famoso de la época como el Titi, o el Principe Gitano. El programa la llamada de la tarde comenzaba a las 19,10 todas las tardes allá por el año 1959. En el se recogía una llamada telefónica en directo pidiendo un disco. Pero esta forma de contacto tuvo que suprimirse muy pronto al quedar bloqueada la centralita por la gran afluencia de llamadas. Por ello se simuló esta forma de contacto recogiendo el aviso en la emisora, y esta a la hora convenida se ponía en contacto telefónico con los interesados. El programa más popular entre los niños fue cartas a los reyes donde, varios días antes de esta festividad, los niños acudían a la emisora a leer sus cartas, a cuyas peticiones respondía el Gran Chambeland de los reyes magos, de quien solamente escuchaban sus palabras por un altavoz oculto.

También había programación en colaboración con otras emisoras como Radio Canadá, quien cedió programas de forma gratuita a Radio Torrente.

La publicidad no superó el 10 % del tiempo de emisión, ni tampoco los tres minutos seguidos, aunque si se emitieron programas de encargo como uno sobre el lanzamiento del gas butano, y otro promocionado la marca Philips vendida en un comercio local.

La emisora tenía varias fuentes de ingresos que contribuían a su finanaciación. Los socios pagaban un duro al mes, y a cambio tenían derecho a solicitar un disco o un rosario por alguna intención. Otra fuente era los discos dedicados. Las dedicatorias se solicitaban en el domicilio de un intermediario por el precio de cinco pesetas, que este entregaba a la emisora reteniendo una peseta de comisión. Sin duda alguna, la publicidad fue la mayor fuente de ingresos, diferenciándose entre la publicidad directa, contactada con tiendas y comercios locales, y la publicidad de las agencias, mucho más rentable, donde se ponían anuncios de comercios y cines de la capital. Como gastos cabe destacar únicamente la compra de materiales, discos, las reparaciones, la limpieza, y los salarios percibidos por tres personas por su dedicación exclusiva. Por tanto, en el aspecto económico la emisora fue una actividad muy rentable, y con ella se fianciaron algunos proyectos parroquiales como una central distribuidora de leche americana y parte del complejo de la piscima parroquial.

La última emisión salió a las ondas el 14 de junio de 1965, al verse afectada por una orden del Ministerio de Información y Turismo que imponía el cierre de la mayoría de emisoras locales. Esta disposición obedecía a una redistribución en las bandas de emisión, donde la modulación en frecuencia quedó reservada exclusivamente para las emisoras de alcance local.

Tras nueve años ininterrumpidos de funcionamiento, la emisora había alcanzado una gran consistencia. De los 40 watios iniciales, llegó a una potencia de 300, y un radio de audiencia agradable de unos 50 kilómetros. Su discoteca alcanzó cerca de los ocho mil títulos. Por ello su cierre dejó un gran vacío entre la población torrentina. En algunas ocasiones se pensó en intentar su reapertura, idea que fue desvaneciendose con el paso de los años sin hacerse realidad.

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