Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Capítulo IV: El Templo Parroquial. Aspectos Histórico - Artísticos.

III- LA REFORMA BARROCA

3.6. Capilla de Nuestra Señora del Rosario

Era la primera del lado del evangelio. Lo más destacable fue su antiguo retablo, cuyas características conocemos por una descripción de Vilanova. Este se desmontó a principios de nuestro siglo, aprovechando parte de sus piezas para construir otro nuevo, que se incendió en 1936. Pero esta medida con el tiempo sería beneficiosa, ya que supuso que se salvaran los tres lienzos de Juan Ribalta que en la actualidad se conservan en el museo parroquial.

La cofradía del Rosario se fundó en al parroquia en el año 1606, y según Darby, en el libro de visitas de 1602-1648 se anotaba en 6 de agosto de 1616 un pago de 80 libras al síndico Vicente Andreu por la pintura y dorado del retablo del Rosario. Fernando Benito indica que es de suponer que los lienzos de Ribalta debieron pintarse por aquel momento.

En la predela del retablo había tres pinturas representando escenas de la vida de Cristo: la adoración de los pastores, la santa cena en el centro, y a la izquierda la crucifixión. La hornacina del cuerpo principal estaba ocupada por una talla en bulto redondo de Nuestra Señora del Rosario. A los lados había sendos lienzos de san Juan Bautista y san Luis Bertrán. El retablo estaba rematado con una pintura representando a la Trinidad coronando a la Virgen.

El lienzo de la adoración de los pastores nos muestra en el centro de la composición a María y a José mostrando el niño a los pastores que van a adorarle. Aparecen tres figuras a cada lado de la escena central adoptando distintas posiciones. Tres de ellos están inclinados, dos mirando atentamente el rostro del niño, mientras que el otro distrae su atención en un saco de donde extrae piezas de volatería que las deposita en el suelo. La figura del pastor que aparece de espaldas nos muestra perfectamente su anatomía, y su cuerpo imprime un cierto movimento como si fuera a caer de rodillas ante Jesús. Otro pastor se acerca al niño forcejeando con un corderito que le rehuye.

La composición en el cuadro de la santa cena guarda cierta similitud con la del Colegio de Corpus Christi de Valencia, de Francisco Ribalta, al estar distribuidas las figuras en torno a una meda redonda. Pero el cuadro de Torrent, tal como plantea Benito, contiene ciertos rasgos de la cena de Leonardo da Vinci, al estar los personajes relacionados en grupos de tres, quedando únicamente uno de ellos aislado con un gesto ensimismado. En el centro de la mesa aparece el cordero pascual. San Pedro se presenta al lado de Jesús, justo en el momento de preguntarle si era él quien le iba a entregar, armándose un gran revuelo entre los apóstoles que se planteaban quién sería. Judas, que se identifica con la bolsa de las monedas, aparece en el extremo izquierdo de la composición, al que se dirigen los dos apóstoles que le rodean. En primer plano se representa en escorzo un muchacho agarrando un cesto, que al permanecer en penumbra pasa desapercibido en una primera vista de la composición.

Las figuras del lienzo de la crucifixión aparecen llenas de movimiento. Los dos que están clavando los brazos de Jesús, uno es sorprendido por el pintor golpeando con el martillo, captando perfectamente su escorzo, mientras que otro alarga su mano para tomar un clavo. Junto a los pies de Cristo aparece un personaje sacando tierra del hoyo que está preparando para asentar la cruz, mientras que otro está con un berbequí taladrando la cruz para clavar los pies, también en escorzo. Destacan los escorzos del buen ladrón, situado a la derecha de Jesús, mientras que el otro aparece al lado opuesto. En un ángulo de la composición aparecen San Juan y las Marías, ausentes de lo que sucede en torno a ellas, aunque con una clara expresión de patetismo en sus rostros.

De los tres lienzos conviene destacar el tratamiento de la luz procedente de varios puntos; uno central que ilumina la figura principal de la composición (el niño, la mesa de la cena, y Cristo en la cruz), y otro lateral que ilumina parcialmente toda la composición logrando marcados efectos de claroscuro.

En la actualidad los tres lienzos se conservan en el museo de la parroquia. La adoración de los pastores fue retaurado de una forma no muy afortunada en el año 1972, ya que se produjo un repinte de muchas superficies dañadas. En 1986 fueron restaurados completamente en el taller del Museo del Prado de Madrid, sirviéndose de modernas técnicas que han permitido eliminar por completo toda la suciedad y los repintes realizados con el paso del tiempo, devolviendo a las pinturas su colorido original.

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