Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent

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Área de Liturgia: Rituales: Matrimonio

 

LA BENDICIÓN NUPCIAL

 

Este es uno de los momento más solemnes de lo celebración y que debe realizarse después de la citación del Padre Nuestro. El ritual propone varias fórmulas para la bendición. Elegid para vuestra celebración la que prefiráis, y que será leída por el sacerdote. Para la bendición del formulario tercero que es una adaptación actual del antiguo rito hispánico, la liturgia ha previsto el rito de la velación nupcial. Durante la bendición de los esposos se pone el velo de color blanco y rojo sobre la cabeza de la esposa y los hombros del esposo, simbolizando así el vínculo que a partir de este momento les unirá para siempre. De todas formas, este gesto se puede realizar, también, en cualquiera de los otros tres formularios.

 

 

Oh Dios, que con tu poder creaste todo de la nada, y, desde el comienzo de la creación, hiciste al hombre a tu imagen y le diste la ayuda inseparable de la mujer, de modo que ya no fuesen dos sino una sola carne, enseñándonos que nunca será lícito separar lo que quisiste fuera una sola cosa.

Oh Dios, que consagraste la alianza matrimonial con un gran misterio y has querido prefigurar en el Matrimonio la unión de Cristo con la Iglesia.

Oh Dios, que unes la mujer al varón y otorgas a esta unión, establecida desde el principio, la única bendición que no fue abolida ni por la pena del pecado original, ni por el castigo del diluvio.

Mira con bondad a estos hijos tuyos que unidos en Matrimonio, piden ser fortalecidos con tu bendición: Envía sobre ellos la gracia del Espíritu Santo, para que tu amor derramado en sus corazones, los haga permanecer fieles en la alianza conyugal. Abunde en tu hija N. el don del amor y de la paz, e imite los ejemplos de las santas mujeres, cuyas alabanzas proclama la Escritura. Confíe en ella el corazón de N., su esposo, teniéndola por copartícipe y coheredera de una misma gracia y una misma vida, la respete y ame siempre como Cristo ama a su Iglesia.

Y ahora, Señor, te pedimos también que estos hijos tuyos permanezcan en la fe y amen tus preceptos; que, unidos en Matrimonio, sean ejemplo por la integridad de sus costumbres; y, fortalecidos por el poder del Evangelio, manifiesten a todos el testimonio de Cristo; que su unión sea fecunda, sean padres de probada virtud, vean ambos los hijos de sus hijos, y, después de una feliz ancianidad, lleguen a la vida de los bienaventurados en el reino celestial. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

 

2

 

Padre Santo, autor del universo, que creaste al hombre y a la mujer a tu imagen y has bendecido la unión matrimonial. Te rogamos humildemente por estos hijos tuyos que hoy se unen en alianza de bodas. Descienda, Señor, sobre esta esposa N. y sobre su esposo N. tu abundante bendición, y que la gracia de tu Espíritu Santo inflame desde el cielo sus corazones, para que en el gozo de su mutua entrega se vean rodeados de hijos, riqueza de la Iglesia.

Que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen; en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo; que participen en la oración de tu Iglesia y den testimonio de ti entre los hombres; y después de una feliz ancianidad lleguen al reino de los cielos con estos amigos, que hoy les acompañan. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

3

 

Padre Santo, que has creado al hombre y a la mujer para que, siendo los dos una sola carne y solo corazón, sean imagen tuya y realicen su misión en el mundo.

Padre santo, que para revelar tus designios quisiste que el amor del hombre y de la mujer fuera signo de la alianza que estableciste con tu pueblo, y que la unión de los esposos en el sacramento del Matrimonio manifestara las bodas de Cristo con la Iglesia. Extiende tu mano protectora sobre estos hijos tuyos N y N. y derrama en sus corazones la gracia del Espíritu Santo.

Que a lo largo de su nueva vida común, santificada por este sacramento, se comuniquen los dones de tu amor; y que, siendo el uno para el otro signo de tu presencia, sean en verdad un solo corazón y un sólo espíritu.

Concédeles, Señor, mantener con su trabajo la vida de su hogar, y educar a sus hijos según el Evangelio, para que formen parte de tu familia santa. Colma de bendiciones a tu hija N., para que pueda cumplir sus deberes de esposa y madre, y sea el alma y la alegría de su hogar. Bendice también a tu hijo N., para que cumpla su misión de esposo fiel y padre solicito.

Concede, Padre santo, a quienes se han unido a ti (y desean acercarse a tu mesa) participar un día en la alegría del banquete eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

4

 

Queridos hermanos: Invoquemos a Dios que se ha dignado conceder su bendición para multiplicar la descendencia del género humano. Que él proteja a estos siervos suyos N. y N. que ha llamado a la unión conyugal. Les otorgue sentimientos de paz, un mismo corazón y costumbres selladas por el mutuo amor. Tengan también por regalo de Dios, la familia deseada, a ella también alcance esta bendición. Así N. y N., en humildad de corazón, puedan servir a quien bien saben es su Creador. Amén.

Oh Dios, que para propagar la familia humana, ya en los orígenes mismos del mundo modelaste a la mujer del costado de Adán, e insinuando la unidad del amor más puro, hiciste de uno dos, para mostrar que los dos son uno. Has puesto los primeros cimientos del Matrimonio de tal modo que el varón abraza en su esposa una parte de su propio cuerpo, y no puede pensar que le es extraño lo que sabe formado de sí mismo. Míranos propicio desde tu trono del cielo y atiende con benevolencia nuestras plegarias: A estos hijos tuyos, a quienes mediante esta bendición unimos con el vinculo del Matrimonio, santifícalos con la gracia del Espíritu Santo y acompáñalos benignamente con tu amorosa protección. Amén.

Concédeles, Señor, mutua armonía de espíritu en tu santo temor, v semejante bondad de costumbres en el amor del uno al otro. Amén.

Que se amen, Señor y que nunca se aparten de ti. Amén.

Que mutuamente se entreguen el debido amor del cuerpo y del corazón y que nunca te ofendan al consumar su amor. Amén.

Que nunca se desvíen de tus caminos, sino que te agraden siempre guardándose entera fidelidad. Amén.

Dales, Señor, en abundancia los bienes presentes, y una santa y generosa descendencia. Amén.

Que la dulzura de tu bendición inunde su cuerpo y su espíritu de tal modo que el fruto de su unión sea del agrado de todos y bendecido por ti. Amen.

Dales, Señor, una larga y feliz vida en el presente, y un constante deseo de la vida eterna que les aguarda.  Amén.

Dispongan de tal modo los asuntos temporales, que felizmente deseen los bienes eternos. Amén.

Sepan amar los bienes transitorios de forma que no pierdan los que duran para siempre. Amén.

Y así, amándose de verdad, y sirviéndose a ti, Señor sinceramente, vean los hijos de sus hijos, y después de una larga vida en la tierra, lleguen, por fin, al reino de los cielos. Amén.

 

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